Capítulo trece

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Cuando salí de la ducha y me vestí. Salí del baño y encontré que todos seguían en mi apartamento. Ashley, Mel y Nathan seguían charlando como si nada.


—Creí haberte dicho que te marcharas —le dije a mi hermano. Él y las dos chicas me miraron.

—No me han devuelto la ropa, no puedo salir así —alzó sus hombros.

—¿Podrías por favor devolverle la ropa? —le pedí a Mel.

Ella suspiró.

—Está en el segundo cajón del mueble de mi habitación. No tomes nada más —lo señaló y mi hermano se fue del apartamento.

Caminé hasta la habitación y ahí empecé a ordenar las cosas que necesitaría para ir a hacer las tutorías. Tomé los libros, los cuadernos y las hojas, y los apilé todos en mi cama.

—¿Por qué te molesta tanto? —escuché a Ash en la entrada de la habitación.

—No quiero que se meta en la vida de Mel —confesé y ella se acercó a mí—. Nathan es un idiota y estoy seguro que el 98% de las veces en las que hace algo, no tiene idea de lo que está haciendo no de las consecuencias que tendrá.

—En su vida, Mel se ha encontrado con una cantidad infinita de idiotas, ella sabe lidiar con ellos. No es algo de lo que debas preocuparte. Así que respira hondo y no pienses más en ello —me sonrió—. ¿Te parece si te acompaño a tomar el autobús? —ofreció.

—Debes seguir trabajando en tu proyecto —le recordé.

—Quiero acompañarte. De todas maneras, debo ir a conseguir más hojas de papel para mi trabajo —alzó sus hombros—. Iré a cambiarme de ropa y nos vemos abajo en 15 minutos —me besó la mejilla y salió de la habitación.

    

No entendía porqué me preocupaba tanto el hecho de que Nathan y Mel salieran... Tal vez era el hecho de que él era Nathan. Sabía cómo era él con las chicas, justo como era antes mi otro hermano, Kendall. La diferencia entre ellos era que Kendall había conseguido novia y Nathan no. Nathan debía madurar tarde o temprano, era mayor que Kendall, se suponía que debía ser un adulto responsable y decidir qué hacer con su vida. No podía jugar con las chicas por siempre.


Terminé de guardar las cosas que llevaría y salí de mi habitación, ya Mel no estaba ahí, la sala estaba vacía.

Salí y cerré la puerta. Bajé las escaleras y me senté en las últimas dos al ver que Ash todavía no había llegado. Saqué mi celular y noté que tenía un mensaje que no había revisado, era de Thomas.

"¿Crees que podamos vernos después de que termines las tutorías?"

"¿Pasó algo? Usualmente cuando me texteas, dices una estupidez antes de llegar al grano." Envié.

"Pasó mucho. Es serio. Pide una pizza y yo llevo la cerveza."  Respondió segundos después.

"Bien."

Guardé mi celular y a mi lado vi un par de piernas. Alcé la mirada y encontré a Ash.


—¿Nos vamos? —preguntó.

—Vamos —le sonreí, poniéndome de pie.


Salimos del apartamento y caminamos en silencio un par de segundos, hasta que ella preguntó:

—¿Crees que Thomas me podría prestar el auto en unos cuantos días?

—Si no tiene nada que hacer, creo que sí, te lo puede prestar —alcé mis hombros—, ¿por qué preguntas?

Bienvenida Otra VezWhere stories live. Discover now