El escape

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Muy lejos de allí, en la prisión de Azkaban, en la fortaleza para mortífagos, uno de ellos se encontraba acostado en un catre mientras contemplaba el techo y escuchaba a lo lejos la voz de Alastor Moody conversado con el auror encargado de la prisión, Kingsley. Al parecer este último se había convertido en el nuevo ministro. Macnair, el mortífago prisionero, aguzó el oído para comprender la conversación...

—Me alegro de que el Wizengamont te entregase el cargo —dijo Moody a Kingsley.

—A pesar de que Lord... bueno... quien tú sabes ya no está, todo eso que vivimos el año pasado dejó exhausto a Scrimgeour —contestó el nuevo ministro.

—¿Eso te dijo? —inquirió Ojoloco—. No está exhausto, simplemente el año pasado estaba aterrado, es un cobarde y ahora sólo ha tenido que resignarse a la petición del Wizengamont.

Macnair sintió una punzada de odio y de dolor al mismo tiempo, ni siquiera se atrevían a pronunciar el nombre del señor tenebroso después de muerto. Sentía que tenía que vengar a su señor fuese como fuese y para eso tenía que recuperar su libertad pero ¿Cómo? Con todos esos dementores sedientos de almas cerca, parecía una misión imposible de cumplir, pero tenía que arriesgarse, ya no tenía nada que perder, únicamente podía ganar haciendo sufrir a toda esa sarta de traidores que le habían dado la espalda al señor tenebroso. Pero justo en ese instante hubo algo en la conversación que le llamó particularmente la atención.

—Sin duda alguna ha habido mucha dicha después de la guerra —dijo Kinsley—. Bueno al igual que el año pasado cuando regresaron Lily y los Longbottom.

—Y ahora, este año la madre de Snape —completó Moody—. Ese hombre está casi irreconocible, muy diferente del ex mortífago amargado que solía ser, ahora que se casó con Lily, que ella está embarazada y además que recuperó a su madre, su vida está complemente plena y colmada de felicidad.

—No es para menos amigo —contestó Kingsley – Sobre todo la noticia del regreso de su madre me dejó en shock, yo tenía entendido que era huérfano de padre y madre.

—No exactamente —dijo Moody—. La noticia que se conocía era más bien que ella lo había abandonado, pero ya conoces lo que le sucedió.

—Sí, lo del accidente con aquella poción cosmética que la dejó luciendo aún más joven que su hijo —añadió el nuevo ministro.

Macnair estaba pasmado con tanta información, Severus a quien consideraba el más grande de los traidores pues había sido considerado en antaño el favorito de Voldemort y terminó apuñalándolo por la espalda, al final, recuperó a su madre y se encontraba feliz por eso, pero no sólo por eso, también terminó casándose con la sangre sucia y está le iba a dar un hijo, quizá por allí debería empezar su venganza, los otros como los Lestrange y los Malfoy, también debían pagar, pero primero le tocaba a Snape por haber sido la mano derecha de Voldemort, por ende su traición era considerada mucho más grave ante los ojos de Macnair. Definitivamente tenía que salir como fuese posible de Askaban.

Cuando escuchó las voces acercarse a su celda, cerró los ojos y fingió estar dormido, luego escuchó que las voces se alejaron y entonces se incorporó del catre para acercarse a la reja.

—¡Musilver! —llamó a su compañero de la celda de al lado, pero éste no le contestó—. ¡Musilver despierta!

El otro al fin le respondió con un gruñido de protesta.

—¿Escuchaste lo que dijeron el maldito de Moody y el nuevo ministro? —preguntó.

—¿Hay un nuevo ministro? ¿Moody estuvo aquí ahora? —respondió Musilver con otras preguntas dándole a entender que había estado dormido durante la conversación.

El regreso de Eileen Prince SnapeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang