Esa noche grabado en piedra caliza, el gran relato jamás contado se encontraba escrito.
Los cuatro chicos leyeron las inscripciones con la luz que les deban las danzantes y peligrosas llamas.
Los lazos de sangre...
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Una leyenda nació cuando Narnia era una joven nación. Recordemos que en la creación del lugar, Aslan nombró rey y reina a un hijo de Adán y a una hija de Eva.
Los reyes fallecieron sin dejar heredero alguno. Sin rey Narnia quedó, pero su gente insistió en ver a un hijo de Adán en el trono del gran león. Pero nadie podía decidir, quien era digno para heredar el trono.
El caos comenzó a inundar los verdes prados del lugar, muchos se auto-nombraron reyes, lo que provocó una guerra civil. Y mientras las noches fueron sangre y resplandor, el trono vacío continuó.
La joven nación se sentía morir. El tercer león sé apiadó de la joven nación, proponiendo a sus dos hermanos a hallar una solución.
" La tierra ah pintado su color a rojo, el agua ah cambiado su textura a espesa, el aire ah dejado de llevar libertad para empezar a llevar muerte, el fuego ah modificado su función de calentar y refugiar a mutilar y asesinar ".
"Cuatro elementos son, los que a nuestra nueva tierra dan su continuación. El hombre es la única criatura que los ah logrado domar. Un hombre debe de gobernar, para el equilibrio conservar".
"Hermanos míos, los envío a buscar la respuesta a lo eterno, cuatro candidatos dignos del trono han de ser, traerlos ante mí y quien logre hallar al rey, en el dios de esta nación lo convertiré".
Y fue así como Aslan y Astan en busca de los cuatro candidatos partieron, pero no lo lograrían solos...
En una cabaña a las afueras de Narnia, dos jóvenes jugaban con espadas de madera. El mayor de ellos era Neville, un niño risueño y soñador, y la menor de nombre Jadis.
El juego no duró por mucho, ya que su alcoholizada madre salió a reprenderlos... O mejor dicho, a reprender a Neville.
Sus días estaban llenos de pobreza y maltrato, a lo que le podía llegar a nombrar como mejores días, eran aquellos en donde sólo debía de ir en busca de vino para calmar la adición de su madre. Por lo regular su rostro siempre iba pintado de morado en la parte de la cuenca de alguno de los ojos, y su andar era encorvado y cansado debido a las interminables marchas hacia el molino.
¿Cuál era su crimen?.
Ser el mayor. Hay familias en las que siempre habrá una preferencia en los padres hacia sus hijos, ya sea hacia el menor o hacia el mayor, y el otro hermano sería ignorando viviendo en las sombras del otro.
