Capítulo 47. Salvación

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En medio del silencio un sonido de paz enardeció sus oídos, como un coro de ángeles en medio de un entierro, como un rayo de luz en medio del vacío negro.

Alison O'Brien jamás imaginó el cómo moriría, una accidente automovilístico, o ahogada por las olas del mar, eran buenas opciones, pero jamás imaginó que sería a manos de su hermano mayor, por una flecha mortal que le apuntó directo a la vena de su corazón.

En la tierra, imaginó que su ataúd ya la esperaba, si abría los ojos vería el caer del primer puño de tierra a su cuerpo. Alison abrió los ojos...

Ningún puño de tierra, ninguna persona vestida de negro, ningún olor a flores, ni siquiera la humedad de la tierra, no había nada. Una completa nada la recibió, blanca e infinita, sin profundidad ni fin, era como estar flotando en el cielo, un cielo vacío y llano, donde el silencio reinaba.

Alison se llevó rápidamente sus manos hacia su clavícula, no había herida alguna, el espeso y húmedo sentir de la sangre se había esfumado por completo. La reina se miró la ropa para corroborar que no había rastro alguno de sangre, ya no llevaba puesto su vestido de coronación, en lugar de éste un suave y perfectamente lizo, camisón blanco la cubría por completo, no podía sentir el suelo, pero podía sentir perfectamente la desnudez de sus pies. La sangre en su garganta había desaparecido, el dolor se había convertido en recuerdo.

Una luz blanca con tonos de reflejo amarillo comenzó a destellar al fondo, Alison se acercó hacia la luz, caminar en aquel lugar era como el sentir del estar dormido en una cama que flotaba encima de un lago.

Entonces, la luz poco a poco bajó su brillo para dar a notar la majestuosa silueta de un león, pero no era Astan ni Aslan, este león era completamente blanco y con unos ojos azules tan brillantes como el destellar de mil estrellas, y tan azules como el zafiro de las aguas de la nación de Aslan.

—Yo soy el fin—una voz tan calmada y pacífica nació del majestuoso león blanco

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—Yo soy el fin—una voz tan calmada y pacífica nació del majestuoso león blanco.

Alison permaneció callada, contemplándolo.

—Soy el nacer, el tiempo, y el fin—continuó sus palabras el león—. Aveces corto, aveces largo es el camino de aquellos que vienen a verme.

—¿Quién eres tú?—la voz de Alison soñaba tan frágil como si fuese el ultimo pedazo de hilo que faltaba por romperse de la cuerda.

—La pregunta es: ¿Quién eres tú?—le cuestionó el gran león.

Alison lo miró; Aquel ser angelical, emanaba una profunda paz, pero así mismo una rigidez como ninguna otra.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Where stories live. Discover now