Plátano

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El leve sonido de la puerta cerrándose fue lo último que se escuchó antes de reinar el silencio entre ellos y esas cuatro paredes decoradas de papel verde desgastado. JungKook sin preguntar terminó echando el peso de su cuerpo sobre la cama pegada a la ventana; la más cercana que tuvo. Jimin lo siguió con la vista y se volvió a preguntar lo mismo, el chico no estaba bien, no era normal su actitud. Él solía bromear, juguetear y sonreír por cada cosa o tontería, sí, era algo callado y tímido, pero no tanto entre ellos. Con Jimin tenía la suficiente confianza como para ser él mismo sin importar qué. Es por eso que ese chico que permanecía ahora mismo sobre la cama de Jimin no era el JungKook que él conocía

Cogió la manta que cubría la otra cama y la echó por encima de JungKook, así no tendría que hacerlo levantar para destapar en la que se encontraba. Se acuclilló junto a él y descansó su cabeza sobre sus brazos flexionados. Quería saber; odiaba no entender algo que tuviera que ver con algo importante para él. Preguntar era inútil, pues el pequeño no dejaba de afirmar lo bien que estaba, pero bien no era una respuesta fiable para Jimin. Ladeó su cabeza para terminar de recostarla en uno de sus brazos y alargó el otro hacia el rostro del pelinegro. Le encantaba acariciar su pelo, era tan suave y tranquilizador que esa misma sensación que producía en la persona lo sentía él mismo.

"¿Cómo un niño de 13 años puede ser tan perfecto?", se preguntó sin poder apartar los ojos de él. Después de un extraño silencio en su mente, una nueva pregunta apareció sin poder ignorarla, pues ésta no dejaba de resonar en su cabeza una y otra vez.

"¿Cómo puedo ver de este modo a un niño de 13 años?" Sí, aquella pregunta era incluso más real que la anterior, pues la otra sólo era la máscara de la verdad.

Mordió el interior de su mejilla obligándose a apartar esos pensamientos, era como arder en el infierno sin haber hecho nada malo, pero entonces, ¿por qué se sentía tan mal? ¿Cuándo comenzó a sentirse culpable de sus propios pensamientos?

No lo sabía con claridad, pero debía dejarlos ir.

Resopló apartando su mano de los cabellos oscuros y hundió su rostro en el colchón. Mirarlo sólo ayudaba a que esos pensamientos comenzaran a saturar su cabeza y, lo peor de todo, a contestar inconscientemente ciertas preguntas que temía responder. Definitivamente se estaba volviendo loco.

— ¿Jimin hyung? —levantó su cabeza rápidamente y vio el rostro de JungKook más cerca de lo que había notado antes— ¿Qué haces aquí?

— Te he traído yo, Kookie.

— Lo sé, pero creí que volverías con los demás.

— No importa, puedo quedarme —JungKook asintió levemente con sus labios abultados y volvió a cerrar los ojos.

— Kookie, ¿seguro estás bien?

— Me siento cansado.

— Podemos ir a ver un médico.

— No quiero. Estoy bien, sólo un cansado.

— Te llevas todo el día durmiendo.

No respondió, permaneció callado y Jimin llegó a pensar que se había quedado dormido, pero nuevamente sus labios volvieron a moverse y con ellos la voz del menor— ¿Estás preocupado por mí?

— Claro que lo estoy —el menor abrió sus ojos y sonrió, provocando que Jimin quedara una vez más embobado ante él—. ¿Q-quieres un poco de agua?

— ¿No hay nada calentito?

— ¿Calentito? ¿En verano? —Jimin se levantó después de recibir un asentimiento del menor y pensó que quizás podría ir a buscar algo de té— Espera aquí, iré a buscar un poco de té, ¿vale?

Escape [BTS/BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora