Reencuentros

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— ¡¿Cómo puedes decirme que sólo fue una pequeña gamberrada?! ¡¿No te das cuenta de la gravedad del asunto?! ¡¿Cómo voy a quedar yo ahora delante de tu padre?! —SeokJin apenas permanecía con los ojos cerrados por los fuertes gritos de su madre, parecía que en cualquier momento le saltaría encima y le arrancaría la cabeza— ¡Y de sus padres! —señaló al resto de chicos, que tampoco estaban muy diferentes a Jin.

— Hay algo más —el castaño la miró rogando para que no fuera a peor la situación, pero la mirada de su madre no parecía apoyarlo, más bien sólo estaba esperando lo que tuviera que decir para continuar gritándole.

Pasaron más de tres horas encerrados en la habitación mientras que al otro lado no dejaban de cesar los gritos.

Jin había conseguido contarle absolutamente todo, incluyendo el cadáver en el lago, y tal vez por eso los gritos parecían no acabar. Se le podía escuchar perfectamente como hablaba consigo misma intentando calmarse y buscar alguna solución, pero también lanzaba gritos contra la puerta de invitados; donde se encontraba su hijo y los demás chicos cada vez que no conseguía mantener bajo control su actitud.

La puerta se abrió y todos se sobresaltaron al ver la mujer con la cara roja y descompuesta. Llamó a NamJoon y a JungKook y ambos salieron algo dudosos, los llevó hasta abajo y les pasó el teléfono de la casa. NamJoon lo puso en su oreja y tan pronto escuchó un grito femenino al otro lado, tuvo que despegarse del aparato para que no lo dejara sordo. El pequeño se asustó cuando también lo escuchó y agarró la camiseta de su hermano sin dejar de mirar a la señora Kim, que no dejaba de observarlos con el semblante serio, sus brazos cruzados y el pie golpeando el suelo.

— ¡Si no dejas de gritar, voy a colgar! —contestó NamJoon harto de escuchar los gritos indescifrables de su madre. Como la mujer continuó, el teléfono fue pasado a su hermano pequeño, que no sabía si hablar o meterse bajo la mesa asustado— Háblale tú, JungKook, seguro contigo se calma —se excusó.

— ¿M-mamá? —musitó bajo la voz de su madre, pero que claramente pudo escucharlo, cesando así sus gritos al instante.

A partir de ahí la madre de NamJoon y JungKook continuó hablando en un tono medio, pues tampoco quería asustar al menor. Pero el enfado y el miedo lo seguía llevando en el cuerpo.


[...]

Con la llamada de la familia Kim finalizada, hubo otras que llegaron, como los abuelos de YoonGi, el padre de Jin y los de TaeHyung y HoSeok. Ya no había nada que ocultar, pues todos ya sabían de su escapada, o más bien, de su fallida escapada. No valieron de nada sus planes o ideas para que pudieran salir exentos, no cuando les llegaba la mierda hasta el cuello. Lo más lógico y sensato fue rendirse y salir del escondrijo.

Los siete chicos se encontraban en la comisaría más cercana de la ciudad. Unos en la sala de espera y otros siendo interrogados mientras contaban sobre el cadáver en el lago. La policía había recibido el aviso y estaba en la búsqueda del cuerpo con la información que los chicos le dieron, pero a pesar de dar la información aún no podían dejar la comisaría, pues esperaban que pudieran reconocer el cadáver con unas fotos de chicas desaparecidas recientemente en la ciudad.

Jimin fue el último en salir de la sala de interrogatorios, y mientras la señora Kim terminaba de darles su número y domicilio para futuras dudas o información nueva, todos fueron yendo hasta la salida. Ninguno dijo nada, pensamientos y sentimientos mezclados surcaban por sus mentes, unos a favor de la situación y otros en contra.

— Bueno, ahora sólo nos queda enfrentarnos a nuestros padres —dijo HoSeok recibiendo miradas molestas de casi todos. Quizás no era un buen momento para hablar del tema o hacerles recordar lo que estaba por venir, pero HoSeok era uno de esos chicos que no podía mantenerse en silencio por más de diez minutos; simplemente lo incomodaba.

Escape [BTS/BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora