✨Capitulo Cuatro✨

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Él está a punto de subir al ring, y su nombre ya está sonando a través del micrófono mientras la multitud se vuelve salvaje.

—¡Una vez más, damas y caballeros, Justin Bieber!

Todavía no me he recuperado de verlo de cerca, y mi sangre ya lleva todo tipo de cositas extrañas, burbujeantes y calientes. El instante en el que él sale trotando del pasillo ancho entre las gradas, con esa brillante túnica roja con capucha, mi pulso brinca, y mi estómago se aprieta, y tengo una horrible y desesperada necesidad de huir de vuelta a casa.

El tipo es simplemente demasiado. Demasiada masculinidad y pura bestia bruta. En conjunto, es simplemente como sexo en barra y cada una de las mujeres a mi alrededor está gritando a todo pulmón lo mucho que quiere lamer.

Justin se sube al ring y va a su esquina. Se saca la túnica, exponiendo todos esos músculos flexionables, y se la entrega a un joven rubio que parecer estar ayudando a su calvo entrenador.

—¡Y ahora, les presento, el Hammer!

Hammer procede a unírsele arriba del ring, y Justin se sonríe perezosamente. Su mirada se desliza directamente a la mía y me doy cuenta que sabe exactamente, dónde estoy sentada esta noche. Todavía dándome ese gesto de "soy todo sonrisas", levanta un dedo en el aire hacia Hammer, y luego me apunta como si estuviera diciendo "Ésta es para ti".

Mi estómago cae.

—Mierda, me está matando. ¿Por qué demonios hace eso? ¡Es tan jodidamente sexy que no puedo soportarlo!

—¡Melanie, contrólate! —siseo, luego me vuelvo a sentar débilmente en mi silla, porque también me está matando a mí. No sé qué quiere de mí, pero estoy amarrada en nudos porque jamás imaginé que querría algo tan sexual y personal de él.

El avergonzante recuerdo de pararme cerca de él sólo minutos atrás barre a través de mí, pero la campana de lucha suena y me saca de él. Los luchadores van pie a pie, y Justin amaga hacia un lado mientras que Hammer se balancea estúpidamente, siguiendo el movimiento de burla. Una vez que el lado de Hammer parece abierto, Justin va hacia él desde la izquierda, golpeándolo en las costillas.
Rebotan separándose, y Justin actúa arrogante y amagando y molestando a Hammer. Él se vuelve hacia mí, apunta a Hammer, luego a mí antes de golpearlo con tanta fuerza que el tipo rebota en la red detrás de él, cae de rodillas, y sacude la cabeza para levantarse otra vez. Mis músculos sexuales se aprietan cada vez que golpea a su oponente, y mi corazón se sujeta cada vez que un oponente devuelve un golpe.

Durante la noche, él pasa a través de muchos luchadores sólo de esta manera. Cada vez que es declarado victorioso, me mira con esa sonrisa engreída, aunque quiere que sepa que es él es el hombre dominante aquí. Mi cuerpo entero se sacude mientras observo su cuerpo moverse, y soy incapaz de dejar de fantasear. Me imagino sus caderas ondularse sobre mí, su cuerpo dentro del mío, esas manos tocándome, piel contra piel. Durante los últimos rounds, lleva una mirada decidida en su rostro, y su cuerpo jadea con esfuerzo y brilla con sudor.

De repente, jamás he deseado tanto algo en mi vida.

Quiero volverme loca. Saltar en una cuerda elástica. Correr a toda velocidad otra vez, incluso si es sólo en el sentido literal. Todas esas citas que jamás tuve, porque estaba entrenando para algo que jamás pasó. Viajes que jamás hice por miedo a romperme un hueso que terminaba roto eventualmente, de todas formas. Nunca beber. Mantener mis notas altas para poder correr. Justin Bieber es todo lo que nunca, jamás he hecho, y tengo un condón metido en mi bolso y de repente sé exactamente por qué lo puse allí. Este tipo es un luchador. Quiero tocar este hermoso pecho y quiero besar esos labios. Quiero tener esas manos en mí. Cuando sienta esas manos en mí, probablemente me venga el momento en que se empuje dentro de mí.

ERES MÍA ¡La Obsesión Del Boxeador! (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora