✨Capitulo Veintisiete✨

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Abro la puerta de cristal de la ducha, y doy un paso en el interior con su hermosa piel resbaladiza y grandes músculos duros, presionando mis pechos desnudos a su espalda mientras envuelvo mis brazos alrededor de su cintura. Gime y tira de mis brazos apretando alrededor de él, y las palabras "te amo" están dentro de mí. Nunca he amado a nadie en mi vida y nunca me imagine que pudiera ser así.

Es la más asombrosa, estimulante y aterradora emoción que he tenido en mi vida. Tan adictiva como las endorfinas y mucho más. Lamo su espalda y su nuca, deslizando mis manos hacia abajo para tocar su erección. Él ya a está bien erguido, y todo mi sentido se vuelve en sintonía con él. El contacto de nuestros cuerpos, mi frente con su magnífica espalda, la sensación de su longitud palpitante pulsando bajo mis dedos.

Tengo un rápido pensamiento que es para mí. Solo para mí.

A través del golpeteo del agua, oigo su gemido.

-Hmm. Tócame __(tn)-Murmura tomando mis dos puños en un abrazo apretado y me guía por encima de su polla.

Un caliente estremecimiento corre a través de mi cuerpo. Estoy totalmente erotizada por sus enormes puños guiando los míos sobre su resbaladiza y larga dureza. Con un ardor caliente entre mis piernas, lamo las gotas de agua de su espalda. Como un gato, froto mis pechos doloridos, por los músculos duros de su espalda , giro mi lengua por su bella y delgada columna vertebral.

-Tengo mariposas cuando dices mi nombre.

Él se gira alrededor, toma mi pelo en su mano y tira de mi cabeza hacia atrás para que nuestros ojos se encuentren. Me mira fijamente, su mirada positivamente salvaje, y mi sexo se aprieta necesitado en anticipación mientras habla.

- __(tn) Dumas.

Me estremezco, e inclino mi cuerpo mojado al suyo.

-Definitivamente mariposas.

-Vamos a cuidar de ellas...-Su sonrisa se hace lenta y lobuna -. __(tn) Dumas.

Me río, pero el no lo hace y cuando sus labios se instalan sobre los míos, no es para darme una muestra lenta de un beso, sino uno que quema, un beso que me saquea e elimina cualquier pensamiento coherente de mi mente. Toma mis muñecas y mis manos y lentamente las junta en mi espalda y brota un torbellino de emoción a través de mí.

Me hace pedazos con la moderación inesperada que me permite saber que piensa hacer lo que quiera conmigo, y me gusta. Me quejo débilmente cuando sus dientes rozan mi cuello, ondulando sin poder hacer nada mientras tira de mi carne firmemente, creo que me va a dar mi primer chupón.

Con mis dos muñecas todavía en su gran parte atrapadas, él se retira, jadeando y sus penetrantes ojos mieles persisten en mis pechos desnudos. La salvaje necesidad en su cara hace que mi respiración salga irregular de mis labios. El deseo arquea mi espalda, y él se arrastra hacia abajo, su boca cubriendo mi seno chupándome tan ferozmente como siempre. Acaricia la otra punta con su mano libre, su palma hábil y urgente, y me encanta la forma en que su piel bronceada contrasta con la piel blanca de mis pechos. Expertamente aprieta la carne y chupa la punta endurecida dentro del calor de su boca, su otra mano firme alrededor de mis muñecas.

Mi cuerpo se estremece contra el suyo, mi coño se aprieta con candente necesidad. La niebla del vapor envuelve nuestros cuerpos mientras que el agua golpea sobre su espalda, y me vuelvo frenética, de repente lo necesito ahora, rápido y con urgencia.

-Tómame. - Declaro, esforzándolo.

Sus ojos destellan mientras me pellizca un pezón y luego el otro.

-Ese es el plan.

Él me levanta fácilmente por la cintura y en vez de bajarme hacia su polla, lleva mis pechos a su boca. Chupa uno, luego el otro. Los músculos de sus brazos flexionados mientras me mantiene en el aire, alimentándose de mis pezones. Las sensaciones me golpean como un rayo. Cada vez que chupa mis pezones me desintegra hasta mis pies. Y cuando no puedo dejar de lloriquear y hacer muecas de placer alucinante, me baja en su erección con tanta fuerza que al instante se enviste dentro de mí.

-¿Es demasiado duro?- Su escarpada voz con deseo y preocupación, me jala hacia arriba, sus bíceps sobresaliendo como rocas mientras espera que yo hable.

Sin aliento, sacudo la cabeza y me agarro de sus hombros.

-Te quiero- Le susurro -. Por favor, déjame tenerte.

Su rostro se aprieta con necesidad.

Él me baja más lentamente esta vez, pero sigue siendo enormemente más grande y se arrastra abundantemente sobre cada centímetro de mí canal. Unas lágrimas flojas lloriquean desde mi garganta mientras me cuelgo de sus duros hombros, y cuando empieza a moverse, me folla de verdad. Me pierdo y corro mi lengua a lo largo de la barba ligeramente áspera de su mandíbula y chupo su oreja, jadeando y gimiendo mientras lo monto tan rápido como puedo. Tan rápido como él me está montando.

Estremecimientos de electricidad bajan por mi columna cuando desliza su lengua en mi oído, follándome suavemente con ella.

-Amo...-Él dice con voz áspera, la inesperada y sexy forma en que pronuncia la palabra me catapulta de un soplo a mi orgasmo - . como encajas en mí...

-También lo amo- Le digo, en parte gimiendo, en parte jadeando.

Él tira del lóbulo de mi oreja con sus dientes, su flaca respiración tensando los músculos de su pecho mientras me sostiene en la prensa de sus brazos y me habla al oído, mientras continúa empujando.

-Estás tan apretada, tan mojada. Se siente tan bien. Hueles tan jodidamente bien. Sabía que serías mía en el instante en que te vi. ¿No lo eres? ¿No eres toda mía?

-Si- Grito, porque amo cada palabra, temblando ante todas y cada una que pronuncia, dejando que me convierta en algo salvaje y libre hasta que yo le susurro a él -. Dame más, quiero todo de ti, Justin. Más duro, por favor, más duro, más rápido-Hasta que exploto en sus brazos, los espasmos de mi coño se apretan rítmicamente alrededor de su polla, y ordeño su liberación fuera de él.

Cuando cedo a su alrededor, agarra la parte posterior de mi cabeza con su mano abierta y me sostiene firmemente enterrada en su cuello. Ni siquiera trato de poner mis pies en el suelo. Él apaga la ducha y nos saca, frotando una toalla sobre mí antes de arrastrarla rápidamente sobre si mismo y me pongo toda empalagosa porque es tan fuerte y sexy, que él ni siquiera tiene que bajarme antes de dirigirse inmediatamente a través de la habitación, así que llegamos a la cama, desnudos.

Esta es sólo nuestra séptima noche juntos, pero ya estoy esperando ansiosamente la manera en que nosotros nos acurrucamos en la cama.

Esta noche él me mete dentro, nos cubre, y cuando se da cuenta de que estoy débil y lánguida, me ajusta para hacerme cucharita. Suspiro de alegría mientras nos acomodamos.

Él huele la parte posterior de mi oreja. Entonces siento su mano rascando mi pelo, acariciándome suavemente. Su lengua sigue ligeramente lamiendo el lugar en mi cuello que mordió en la ducha. La arrastra a lo largo de la curva de mis hombros, mis oídos. Despertando cada centímetro de mi piel.

Siento como si él fuera un león perezoso. Bañándome con su lengua y acariciándome.

Ha hecho esto otras noches también. Lo inesperado de sus crudas caricias, me vuelve loca con lujuria y amor, y estoy volviendo adicta a este momento después del orgasmo, donde estaré tan relajada y todavía tendré la energía de posesionarme de una manera en que pueda hacerme cucharita o sostenerme.

A veces él lava su semen de mi piel, pero otras veces me da una serie de lentos, drogantes besos mientras llega entre mis muslos y con sus dedos mete de nuevo su semen dentro de mi coño como si quisiera estar siempre ahí.

A veces me pregunta, con engreídos ojos mieles y en ese murmullo sexy lleno de lujuria que utiliza después de hacer el amor.

- ¿Te gusta cuando embadurno tu piel conmigo?

Dios, me encanta cuando él llama a su semen "él".

Me encanta todo lo que hace este chico.

Es todavía una novedad para mí, estar durmiendo con él. Nunca he dormido con nadie.

Cada vez que llegamos a una nueva ciudad, me pregunto que lado de la cama querrá él. Pero Justin parece ir siempre por el que está más cerca de la puerta y a mi me gusta el más alejado, ya que siempre está más cerca del cuarto de baño. Aunque ahora que lo pienso, incluso en la primera noche que dormimos juntos, pareció suceder de forma automática.

Se queda en el lado de la cama en donde él puede poner su brazo derecho alrededor de mí, y puedo rodar a mi lado derecho y colgarme a todo él como un gusano de goma caliente.

ERES MÍA ¡La Obsesión Del Boxeador! (Adaptada)Where stories live. Discover now