✨Capitulo Veintidos✨

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Mi reloj interno simplemente no me dejará dormirme pasadas las seis de la mañana, incluso después de una noche como la que pasé con él. Cosquillas de deleite corren por toda mi piel como un recuerdo de todas las formas en que nos hicimos el amor el uno al otro, anoche. Mi mirada se posa en su gran cuerpo en la cama, y la inmensa sensación de propiedad que me vence es tan poderosa que es todo lo que puedo hacer para no unirme permanentemente a su gran y pecaminoso cuerpo.

En silencio y con una sonrisa boba que no va a dejar a mi cara pronto, me deslizo fuera de la cama, sabiendo que Riley y Peter no lo dejarán dormir por mucho tiempo, y definitivamente no más allá de las diez.

Peter ya está en la cocina. Me sirvo un poco de café, y puesto que hay mil cosas que quiero preguntarle, me uno a él. Doblando las piernas debajo de mi cuerpo en una silla junto a la pequeña mesa de desayuno, lo veo leer el periódico de la mañana mientras tomo unos sorbos de mi café.

Luego, aclaro mi garganta rasposa antes de decir-: Él me lo contó.

Por un momento, la única emoción en el rostro de Peter es el shock.

-¿Él te contó qué? -Ahora parece dudoso.

-Ya lo sabes. -Puse mi café abajo y arqueo una ceja.

Peter baja el papel, sin sonreír. -Nunca antes se le dijo a alguien.

Sus palabras me hacen fruncir el ceño. -No estés tan alarmado. Él te lo dijo a ti una vez. ¿No es así?

-Él no me dijo, __(tn), yo era su enfermero. En la sala. Al menos durante el último año.

Mi mente gira en confusión mientras trato de imaginarme a Peter en una bata, cuidando a mi feroz combatiente en una sala. Yo no vi venir esto. Para nada. La imagen es tan incongruente que tengo problemas para mantenerla en mi cabeza.

-¿Tú estabas con él en la sala? -Está bien, ya sé que suena estúpido, pero eso es todo lo que parece que soy capaz de decir.

Los labios de Peter se aprietan con fuerza mientras asiente con la cabeza.

-Me molestó. -Frunce el ceño oscuramente a su café, luego sacude la cabeza-. Él es un buen tipo. Un poco imprudente, ¡pero no es su culpa! Nunca se las agarró con nadie. Ese chico era tan cerrado como un maldito muro. Sólo corría como el infierno en el patio y hacía sus flexiones en un árbol afuera, todo el día usando sus auriculares y bloqueando todo. Lo tenían todo drogado desde que una vez se puso presuroso y les dijo a todos que debían escapar. Todos lo siguieron, hubo un gran desorden, y desde entonces, nadie siquiera le dio la oportunidad de ponerse de esa forma una vez más, sólo se mantenían disparando una mierda hasta sus venas y ahorrándose la molestia.

-Dios mío. -El shock, el horror, y la ira que siento barren sobre mí como una enfermedad, y apenas puedo tragar el sorbo de café que tengo en mi boca.

-Justin no está loco, __(tn) -enfatiza Peter-. pero lo trataban como si lo estuviera. Incluso sus padres. Todo lo que tuvo en términos de confort durante esos años fueron sus malditos auriculares. Es por eso que el hombre rara vez se expresa. Simplemente no puede. Ha estado demasiado cerrado durante años.

Con un corazón que acababa de fundirse por él, me doy cuenta de que, desde el principio, Justin se ha abierto a mí a través de la música, que es algo que resulta familiar y reconfortante para él, y de repente, vívidamente, quiero escuchar cada una de las canciones que ha puesto para mí de nuevo.

Mis ojos pican un poco, y bajo la cabeza para que Peter no vea que me conmueve más allá de las palabras. Justin es un hombre tranquilo. Es un hombre físico, que cede a sus instintos, pero no creo que ni siquiera sepa cómo verbalizar bien sus emociones.

ERES MÍA ¡La Obsesión Del Boxeador! (Adaptada)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz