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Aquellas palabras ahora me aturden, y no puedo evitar sentirme completamente culpable. Quizás si la hubiera llevado conmigo las cosas serían distintas... Pero no lo hice, y debo vivir con ello.

Sus manos tiemblan mientras sostiene el crucifijo entre sus delgados dedos y se esmera en apretujar a la adolescente a su lado contra su cuerpo.

—Estaremos bien, te lo prometo; Dios nos cuidará —le susurra a la muchacha. 

No puedo evitar sentir ganas de largar una carcajada; ¿Dios? Me sorprende que aún exista gente tan estúpida como para creer en una tontería como esa.

—Eh —le llamo mientras me acerco a ella. Flexiono mis rodillas para observarla mejor—, nadie de allá arriba te protegerá, no es real; solo son cuentos que te han metido en la cabeza durante toda tu vida —sus labios tiemblan y sé que planea responderme, de seguro para defender a su "Dios", sin embargo no se lo permito, y con cero empatía retiro la pequeña navaja que guardo en mi bolsillo para lanzarla sobre el suelo junto a sus piernas—, mejor cógela y comienza a proteger tu trasero y el de la cría, porque si no lo haces —niego con la cabeza mientras me reincorporo y me giro sobre mis talones acomodando la ballesta en mis hombros.

Creo que acabo de lanzar a la basura un arma que podría haberme salvado de muchas, y es que ¿cuándo alguien como ella sería capaz de utilizarla y sobrevivir?

Fantasma del ayer » Daryl Dixon y Tú [Terminada]Where stories live. Discover now