Fantasma del ayer » Daryl Dixon y Tú [Terminada]

07 | burn

Algunas horas más tardes, tras permanecer trabajando en un intento de reforzar las puertas de la iglesia, Beth y _____ regresan, la castaña bastante más relajada, pero mostrándose claramente ajena al grupo, lo que no tardó en quedar en aun más evidencia en el momento en que Rick se le acercó, de seguro, para averiguar su versión de lo sucedido. Y esta vez siquiera me esmere en oír su charla, pues a un par de metros de mí las Greene comienzan poco a poco a ayudarme a comprender lo ocurrido gracias a una sigilosa conversación entre ambas.

—Me siento mal por ella —Beth suelta, y por el rabillo del ojo logro ver como se lleva una mano al rostro notablemente angustiada—, me gustaría poder ayudarla pero no sé como.

—Lo haces Beth, le haces sentir mejor.

Me reincorporo ciertamente incómodo y me esmero en fingir afilar con mi cuchillo una de mis flechas.

—Quizás sí, pero mínimamente; no le conocía antes, no sé exactamente como era... Solo sé en lo que se convirtió por lo que le sucedió.

Aprieto el mango del cuchillo con fuerza y frunzo el ceño. Había olvidado aquél tema.

—Tal vez solo es el que Carol le hace sentir mal —Maggie le dice, con total tranquilidad, sin embargo sé que solo intenta hacer sentir mejor a Beth.

—No lo sé... Creo que es más que eso ¿sabes? ¿Te imaginas lo que sentirías al ver aquello? —pausa un segundo y aunque me esfuerce por evitarlo acabo girándome para observarla, hallándola con los ojos fijos en Maggie, quien con los labios apretados y los ojos sumamente brillosos sacude la cabeza—. Ha de ser el trauma más grande que alguien podría sufrir Magg. Nadie jamás debería pasar por algo como eso..., no puedo siquiera imaginarlo.

—No lo hagas.

Aflojo mi agarre de la flecha y desvío mi mirada con lentitud, reposando la mirada en Rick, quien aun frente a _____ se inclina hacia ella, como si quisiera que nadie más oyera lo que planea decirle. Pero francamente aquello no me importa. En estos momentos solo me gustaría poder aclarar todo el rompecabezas de este lío de la castaña.

Me llevo una mano al rostro y sacudo la cabeza en un intento de liberarme de la tensión, sin embargo no lo logro en lo más mínimo, por lo que con frustración me levanto de mi asiento y, acomodándome la ballesta en el hombro, salgo de la iglesia.

Necesito relajarme y, definitivamente, dejar de lado todo aquello que me frustra; en lo que como primer punto está _____ y lo que conllevó su cambio. Sin embargo se mes sumamente difícil; es demasiado complicado dejar de pensar en ello.

Alzo la ballesta y sin esperar disparo una flecha, acabando con un tambaleante caminante que se halla a varios metros, y, con calma me acerco a él, sin embargo antes de agacharme para retirar la flecha de su cráneo el resonar de las hojas por claras pisadas me detiene, pero, cuando alzo la mirada con los ojos entrecerrados, no me encuentro con nada, lo que me llama aún más la atención.

Presiono la ballesta con fuerza y, esquivando el cuerpo del caminante comienzo a avanzar con sigilo y el arma en alto, listo para disparar. El lugar se encuentra completamente silencioso y tranquilo, como si de un apocalipsis no se tratara. El viento provoca el silbar de las hojas y las nubes poco a poco comienzan a cubrir el cielo, otorgándole un toque ciertamente abrumador al entorno.

Bajo el arma y exhalo con frustración al mismo tiempo que me giro para observar el lugar, percatándome de que he avanzado más de lo previsto y que el crepúsculo comienza a hacerse notar, por lo que me colo entre los árboles, y siguiendo mis propias pisadas me esmero en volver a la iglesia, manteniendo los ojos bien abiertos en el caso de toparme con algo —o alguien— no deseado.

Frunzo el ceño y examino el lugar con rapidez, intentando oír mas allá de lo posible al mismo tiempo que un extravagante estruendo acaba con el silencio conforme los disparos se hacen notar.

—Diablos —espeto con rabia echándome a correr tan rápido como se me es posible, pues si algo está claro es el que todo aquello tiene un origen bastante claro; la iglesia.

Apresuro el paso cuando el humo comienza a colarse en mis pulmones, sin embargo aunque no lo quiera así, es demasiado tarde; el lugar se halla en ruinas, rostizandose bajo las llamas.

—¡Rick!

Aprieto los puños con fuerza y comienzo a caminar en un intento de adentrarme a la estructura, no obstante el pecho comienza a arderme con intensidad incluso antes de lograr acercarme un par de metros, por lo que me veo obligado a retroceder y echarme a correr; tanto por el insoportable calor como por los caminantes que comienzan a acercarse por montones.

Joder.

Joder.

Joder.

¿Qué mierda ha pasado aquí?

Aprieto la ballesta con fuerza intentando incrementar la velocidad e inhalo con fuerza.

Ciertamente solo espero que todo —absolutamente todo— el grupo esté a salvo. No importa si logro encontrarlos hoy, mañana o en un mes, sin embargo espero, sinceramente, que todos estén sanos y salvos. Porque en momentos como estos, creo que son, al fin y al cabo, lo que más necesito.