29 | protect it

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Especial _____.

Francamente, si bien sentía la sangre bombeando en mis oídos y las manos me temblaban levemente; estaba tranquila. Quizás simplemente porque sabía que al estar Negan sentado junto a mí en este vehículo él no podría dañar a nadie de El Reino o, tal vez porque tenía la vaga seguridad de que tampoco está en sus planes matarme ni lastimarme demasiado.
El líder de Los Salvadores se limita gran parte del camino a soltar comentarios bastante sarcásticos y molestar a sus hombres, además de lanzarme miradas pícaras de vez en cuando las que si bien me revolvían el estómago aminoraban mínimamente mi pulso.

«No te dañará, no te dañará», me decía a mí misma una y otra vez, como si de esta forma aquél pensamiento se volviera realidad.

Cuando los vehículos atraviesan los muros que protegen al gran edificio desaliñado que Negan llama Santuario, siento como me falta el aliento y asimismo las palabras de Dwight comienzan a repetirse en mi mente.

—No saben en lo que planean meterse _____; no tienen idea —me dijo la segunda vez que nos vimos, el mismo día en que me dio la información necesaria para comenzar a atacar a los Salvadores —. Pero te ayudaré, porque yo tampoco sabía en lo que me metía y caí demasiado profundo..., y espero que nadie más vuelva a caer.

Solo espero que lo ocurrido hoy no acabe con todo lo que logramos ya, y que, de una u otra forma este no sea nuestro fin. Realmente espero que este no sea nuestro fin.

—Bienvenida a tu nuevo hogar rayito de sol —murmura junto a mi oído luego de que ambos bajemos el vehículo—, ven conmigo.

A medida que Negan me guiaba a través de aquél inmenso lugar me hallaba aun más estupefacta, no podía evitarlo; el lugar era increíblemente grande —era fácilmente dos veces más grande que El Reino— y la inmensa cantidad de hombres cargados con armas hasta las orejas era jodidamente angustiante. El edificio central del lugar era de concreto sólido, con ventanas algo grandes y bastante sucias, pero, creo que a pesar de todo lo que más llamó mi atención fue la forma en que, en el instante en que siquiera nos acercábamos a alguien en el camino, ésta misma persona se arrodillaba frente a Negan como si se tratara de un mismísimo Rey, sin embargo él no emitió ningún comentario sino hasta que nos hallábamos frente a una multitud de fácilmente cien personas y, todas, arrodilladas ante su presencia.

—Vivirás como una Reina —dice sobre mi mejilla y casi, a pesar de mantener la mirada fija en todas esas personas, puedo ver la sonrisa en su rostro—. ¡Vuelvan a trabajar! —les ordena a aquellas personas para luego llevar su mano a mi cintura y guiarme al caminar.

Las ganas de alejarme me invaden con tanta fuerza que tengo que apretar los puños para no hacerlo y, para mi suerte, unos minutos más tarde; luego de que abra una puerta de dos alas frente a mí, me suelta.

—¡Buenas tardes chicas! —exclama con gracia al instante en que todas las mujeres calzadas en vestidos negros se voltean hacia nosotros y, aunque puedo ver como todas intentan mantener la mirada siempre en Negan, puedo notar como desbordan cierta lástima al verme—. Les presento a mi nueva esposa —dice, para luego depositar un beso sobre mi sien y acariciar mi cuello y hombro derecho—. Sherry, ¿te encargas tú? Gracias cariño —añade cuando la castaña que reconozco de inmediato como la esposa, o al parecer ahora ex-esposa de Dwight, se levanta y se acerca hasta mi para, siendo ciertamente sumamente amable comenzar a guiarme hasta una puerta al final de la habitación—. Frankie; ven conmigo.

—¿Qué ocurrió? —cuestiona Sherry en cuando cierra la puerta tras ambas, dejándonos resguardadas en las frías paredes de un baño bastante grande—. Dwight me dijo que todo iba bien, pero si estás aquí, mhm, lo siento.

La observo; Dwight jamás la había descrito exactamente, tan solo había mencionado que era guapa y que Negan se aprovechó de eso para vengarse de él y amarrarle a serle fiel. Y sí, es guapa; tiene el cabello castaño un poco más abajo de los hombros, los ojos verdes, la tez blanca y posee el mismo hoyuelo en el mentón que yo, solo que el de ella es menos pronunciado que el mío.

Presiono los labios y desvío la mirada para luego encaminarme hacia el retrete; sentarme sobre la tapa y apoyar mi frente contra las palmas de mis manos.

—Iba a matar a Daryl, diablos, solo hice lo primero que se me ocurrió para evitarlo.

Oigo sus pisadas hasta que finalmente sus pies se encuentran a centímetros de los míos y luego, sus manos cogen mis antebrazos para que retire mis manos de mi rostro.

—Esto no ha acabo ¿vale? Ambos están bien y eso es lo importante.

Sacudo la cabeza y me sorbo la  nariz sintiendo como esta arde anunciando la llegada de las lágrimas. Alzo la mirada al techo para evitarlo.

—Pero no le volveré a ver —susurro y puedo ver como ella sacude la cabeza.

—Si lo harás, claro que lo harás —la observo, mantiene los ojos bien abiertos y sé que tiene razón; debe tenerla—. Muy bien, quédate tranquila ¿está bien? No voy a mentirte; al comienzo es muy difícil pero lo lograrás. Ahora toma una ducha y —se levanta y, a paso ligero camina hasta un armario del que retira un vestido del mismo color que el suyo junto a algo de ropa interior y un par de zapatos con tacón.

Así que tomo una ducha, aprovechando al máximo el agua caliente, el jabón y el champú, para luego calzarme en el vestido que Sherry me entregó; el que era sin mangas y ajustado, cubriendo en la pierna izquierda hasta varias pulgadas más arriba de la rodilla y en la otra, cayendo en punta bajo ésta.

—Vale, déjame arreglarte el cabello

—¿Qué tan necesario es? —cuestiono y ella sacude la cabeza con una sonrisa.

—Vale, solo lo cepillaré entonces.

—Dios, ¿estás ahí? —pregunto al aire sintiendo las palabras rasgándome la garganta.

—Tranquila —me pide y no puedo evitar sentir una punzada en el pecho. Recuerdo haberle hablado así a mi hermana cuando entraba en pánico o se ponía muy sentimental—. Ahora ven conmigo; te presentaré a las demás.

***

—¿Qué tal linduras? —exclama Negan al entrar a la habitación, sin embargo mi atención no se centra en él, sino en Dwight, quien balancea su vista sobre todas hasta finalmente posarla en mi y dibujar con los labios un «todo estará bien». Me llevo la copa de vino a los labios y bebo un sorbo para luego asentir casi invisiblemente—. Caray, como has cambiado cariño —dice para luego caminar hacia mí—, Sherry, cariño, ¿nos das un poco de espacio? —pide y, aunque ella se levanta y Negan se sienta a mi lado no soy capaz de observarlo y, me mantengo con la mirada fija en la copa en la que aún resta aquél dulce líquido escarlata, como una cobarde, porque no soy capaz de mirarle—. ¿Qué pasa cariño?Asi que eres tímida, porque me gusta aún más la chica dura —comenta conforme pasa uno de sus brazos sobre mi espalda hasta posar su mano sobre mi cintura.

Mientras habla observo de soslayo como Dwight se limita a acomodar una bandeja de comida en una pequeña mesa en el centro de la sala y luego le dedica una mirada a su esposa, para finalmente observarme a mí y salir de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas. Me llevo la copa a los labios y bebo de ella todo el líquido restante para finalmente llevar mi mirada a Negan y a sus fríos ojos verdes que me examinan con interés.

Debo hacerlo por Daryl.

—No soy tímida —le digo, provocando una sonrisa de su parte.

—No, claro que no lo eres —responde al mismo tiempo en que lleva una de sus manos a mi cuello y se inclina para besarme.

Diablos, diablos, diablos.

Y aunque todo es muy rápido solo siento la sangre bombeando en mis oídos y el alcohol inundando mi sangre. Así que lo hago por Daryl, y solo me limito a corresponderle el beso a Negan, intentando convencerme de que con aquello lo mantendré a salvo y con vida.

Fantasma del ayer » Daryl Dixon y Tú [Terminada]Where stories live. Discover now