XI ☾ dedication

87 13 0
                                    

No pude pegar el ojo toda la noche. La ausencia de Zayn a mi costado al momento de dormir me hacía sentir mucho más solo y me devolvía las memorias que tenía de cuando era un adolescente con emociones aún más complicadas. Apenas descansaba la vista, me venían un montón de ideas a la cabeza que me taladraban. En pausas, descansé como 30 minutos, nada más. La respiración se me cortaba y regresaba agitada.

Lloré también un par de horas.

Me dispuse a sentarme en el sofá del balcón. En mi bolsillo trasero, sentí la vibración del teléfono móvil. A excepción de las ochenta llamadas diarias que tenía de mi madre, no tenía ningún tipo de comunicación. Además, siempre ignoraba la existencia de los dispositivos móviles como estrategia para disfrutar mis días. El destinatario un número desconocido, el contenido, una imagen de Zayn recostado en un sofá junto con Harry, quien parecía ser el encargado de la fotografía. La sangre se me fue a los talones, más resentido que molesto. ¿Qué diablos pasaba con recibir eso en aquel específico momento?

Sentí mi corazón romperse en añicos, ya que el espacio vacío de aquel lugar lo complementaba Zayn con sus tonterías, que me hacían sentir el más afortunado del planeta. En aquel momento quería gritar a los cuatro vientos que estaba solo de nuevo, quería saltar del balcón y correr hacia mi casa, con mis cosas, mis amigos, abrazarlos y fumar marihuana por horas en el estacionamiento de Walmart observando la avenida. Mi pecho ardió, levanté mi camisa y observé mi marca de nacimiento, parecía arder. Le toqué y efectivamente, estaba caliente, me quemaba. Me quejé.

A lo lejos, observé como Zayn se aproximaba caminando complicado con Harry detrás. Me enfurecí.

— ¡Lárguense! ¡No los quiero aquí! —grité. Podía sentir a mis ojos salirse de sus cuencas, de la furia. Se quedaron de pie a lo lejos, aunque yo seguía percibiendo su proximidad constante. Zayn se sentó en el auto estacionado fuera de la cabaña y Harry mantenía su distancia, con una chamarra de cuero. Parecía observar nada más.

Harold sonreía, cuando le miré con detenimiento, estaba sonriendo. Maldito cínico. Disfrutaba hacer aquello. Mi mundo se vino aún más abajo cuando pensé que la felicidad de alguien dependía de mi sufrimiento. ¿Cómo una persona podía disfrutar aquel tipo de situaciones? Los demás estarían apenados y lo ignorarían o simplemente se harían al costado para no ser incluidos. Zayn tomó el móvil del auto y comenzó a marcar, me partía el corazón ver la expresión en su cara, agobiado, temeroso. ¿Sería que estuviera pasando algo que no supiera?

El cielo se comenzó a nublar. No nubes de una tormenta invernal, una eléctrica. Las ventiscas se intensificaron que lo común. El celular que yo llevaba en la mano vibró y observé la pantalla, donde Zayn me había comenzado a mandar fotografías nuestras. Manejando, en la graduación, abrazados, en su casa, todos nuestros pequeños recuerdos. La respiración comenzó a fallarme, a hacerme falta. Un sueño pesado se me vino encima, como si tuviera la necesidad emergente de dormir. Recargándome en el reposabrazos del sofá, me quedé dormido casi inmediatamente. 


gods youth ii - ziamKde žijí příběhy. Začni objevovat