gods youth ii - ziam

XIII ☾ corruption

Narra Zayn.

Le expliqué a Liam toda la historia. Inclusive como después de aquel acontecimiento tuve que contarles la verdad a mis padres y ellos decidieron guardar el secreto para no afectar la reputación de los Styles y por miedo a mi seguridad. No podía creer mis palabras, era difícil para mí aceptar todo aquello, aceptar que una persona estaba tan obsesionada conmigo que podía llegar al punto de arrebatar vidas. Lo último que quería en aquel momento era que Harry le hiciera daño a mi novio.

En menos de una hora habíamos preparado las pocas cosas que llevamos para salir antes de la madrugada. —Yo no sé que decir —comentó Liam mientras terminaba de doblar ropa interior, listo para retirarnos. Me acerqué a él y le abracé. Instantáneamente, como en reacción a aquel tacto, las luces de la cabaña se apagaron, entrando a una oscuridad absoluta. Tomé a mi novio de la mano. El sonido de una escopeta y una patada a la puerta principal me hizo reaccionar.

Harry estaba aquí.

Y venía por Liam.

—Shhh —chité al otro. Mi piel se erizó totalmente por el oír del caminar pesado de Harry por la cabaña. Acercándose lentamente a la habitación donde estábamos. En ese momento quería desapareer nada más. Deseaba que Liam fuera alguien más, yo moriría si algo le llegara a pasar, si el otro le tocara un solo pelo. Mi retina que recién se acostumbraba a la oscuridad fue eclipsada por mi corazón, que lo sentía salirse de mi pecho. El encuentro no me daba buena espina. Pensé inmediatamente en refugiarnos en el baño, había una gran ventana en la cual podríamos salir. Solo sería cuestión de romperle.

Tomé una escultura de bronce de un esquinero y de la mano de Liam caminé rápidamente, con sigilo. Totalmente oscuro, la ventana proyectaba un destello de la tenue luz del exterior, de la luna, nada que temer. Le abrí y observé que nos esperaba una caída en la nieve. Suspiré, sería lo mejor. La primera persona estaría en más riesgo, la segunda podía caer sobre la primera.

—Ok —susurré, temblando— voy a salir primero. Cuando estemos allá afuera, no corras al pueblo, es un suicidio. Ve a la montaña, voy detrás de ti. Por lo que sea, diablos, no voltees. Por lo que más quieras —mis labios fueron a lo suyos y contando hasta tres tiré la estatua contra el cristal y brinqué. Liam después. Comenzó a correr mientras yo hacía tiempo viendo hacia el balcón, de ahí, Harry con el arma en manos brincó hacia el camino. Le arrojé lo que llevaba en manos y comencé a correr detrás de mi novio, quien se perdía en el bosque.

Harry hacía lo mismo, corriendo en mi dirección y cargando la escopeta.