Capítulo 14

86.9K 15.5K 4.7K
                                    


Andrea no se ha apartado un segundo de Aaron, Isaac y Brandon desde que llegó al colegio. Incluso camina en medio de ellos. Hoy no los veo como sus amigos, sino como sus guardaespaldas. Son como tres enormes rothweilers que la cuidan a donde vaya.

Intento acercarme a ella en el receso, pero la veo negar con la cabeza, y eso me obliga a retroceder. ¿No quiere que me acerque? Ouch.
Por lo menos gesticula un Lo siento antes de alejarse acompañada de los otros tres. No obstante, me siento tan herido, que no intento hablarle en clase.

Si prefiere la compañía de esos tres gorilas, bien por ella.
Admito que duele como el infierno.
¡Si, estoy celoso! Y por ser un sentimiento que no conozco, me cuesta manejarlo.

Siento como si algo me quemara por dentro. ¡Celos!
Y estoy listo para irme a casa cuando encuentro a Andrea a la salida.

—Oye, lo siento —dice cuando me ve. Se ve triste.

Dejando salir estúpidamente los instintos cavernícolas dentro de mí, intento ignorarla. No quiero hablar con ella. Estoy celoso, Andrea, y no quiero que te des cuenta. ¡Déjame solo!

—Lo hice por tu bien —intenta explicarme, caminando detrás de mi.

¡¿Qué?!

—¿Por mi bien? —suelto, volviéndome hacia ella—. ¿Es en serio? —Ella parece decidida a hacerme entender. ¿De qué me perdí ahora?—. Aunque en realidad no sé porque me molesto. Nunca te ha gustado que nos miren juntos —le reclamo.

¿De dónde salió mi valentía para decir eso? Lárgate, hombre. Huye y salva lo que te queda de dignidad.

—No es así, Oliver —dice ella, cabizbaja.

—¿Entonces cómo es, Andrea? —estoy levantando mi voz. Nunca le había hablado así.

Supongo que ella puede sacar lo mejor y lo peor de mí.

Ella me evalúa antes de responder.  —Pensé que... pensé que era a ti al que no le gusta que lo miren conmigo.

¿Qué?

Estoy molesto.

—Dame un motivo para que yo no quiera que te miren conmigo —exijo.

Andrea me mira como si no pudiera dar crédito a lo que estoy diciendo.

—¿Hablas en serio? —pregunta en voz baja. Muy baja. Como su temiera mi respuesta.

—¡Sí, carajo!

Bien, ahora estoy maldiciendo. ¿Quién este que está aquí y qué hizo con Oliver Odom? Andrea Evich me ha enloquecido.

Intento irme. Necesito tiempo para pensar, pero ella se interpone en mi camino. Ella quiere hablar.

—Oliver, escúchame —insiste, con actitud suplicante—,  no quiero arrastrarte a mi mierda, ¿de acuerdo? —Yo niego con la cabeza. ¿Quién cuida de quién aquí?—. ¿No has escuchado todo lo que dicen de mí?

—¡Me importa una mierda lo que digan de ti! —devuelvo.

Entonces escucho risas. Busco con mi mirada el lugar del que vienen y veo a Joseline y a Melanie, ambas riéndose... de nosotros.

—¿La está botando? —se secretean.

Aunque lo hacen lo suficientemente alto para que las escuchemos.

—¿Cuánto a que le ruega que no la deje?

—¡Tiene tan poca dignidad!

Se están burlando de Andrea. Lo que sea que hayan escuchado de nuestra discusión debió hacerles creer que estoy terminando con ella.
Más personas se acercan, todos miran de mí a Andrea, sacando conclusiones erróneas de lo que ven. Trago saliva. Hace una semana les era indiferente  a estas personas y ahora soy el hombre del momento en Radio-pasillo.

Me vuelvo hacia Andrea y me doy cuenta de que ella no está mirando a estas personas, está mirándome a mí, y puedo ver que está preocupada.

—Seguiremos esta conversación después —dice con un hilo de voz.

Puedo ver su dolor y humillación. Ahora comprendo a qué se refiere al decir "Pensé que era a ti a quien no le gustaría que le vieran conmigo". Está intentando protegerme de Radio-pasillo
¿Por qué son tan crueles con ella?

Y ella ahora teme que el acoso también me afecte. Y yo... Yo no quiero que piense que no puedo manejar esto.

Andrea da media vuelta decidida a huir, pero en un acto de valentía o completa estupidez (depende de la perspectiva), la cojo por el brazo y prácticamente la obligo a volverse hacia mí. Hago caso omiso a su confusión y la abrazo. Le quiero demostrar que estoy dispuesto a defenderla de todos.
No voy a permitir más burlas hacia ella.

—¿Qué haces? —susurra a mi oído, confusa.

Voy a enfrentar esto contigo, Andrea.

—Mostrándoles que no estoy botándote —respondo.

Andrea coge un poco de aire, o valor, no lo sé, y busca mi mirada:

—Entonces hazlo bien —dice, contemplándome como al héroe que aparentemente cree que soy, y me besa.

¡Me besa!

Me besa. Wow...
Y ya no escucho más risas. Es como si todo hubiera dejado de existir a nuestro alrededor y estuviésemos en un espacio vacío, un espacio en el que sólo existimos nosotros; Andrea y yo, quitándonos el aliento el uno al otro.

Ella se cuelga de mi cuello mientras yo la sostengo, sintiéndome posesivo. Insisto en saber ¿Quién es este y qué hizo con Oliver Odom? Le permito a Andrea acariciar mis labios con sus labios, y sonrío, feliz. Me siento ligeramente embriagado.

Y quiero más. Soy adicto a ella ahora. Nunca antes había besado, y ahora siento la necesidad de no hacer otra cosa.


-------------------

Me encuentran en Twitter e Instagram (ahí tengo contenido extra) como TatianaMAlonzo. 

¡Gracias por seguirme, por votar y por comentar!

:')

La mala reputación de Andrea Evich ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora