Quién eres

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"Él es Masao, mi novio"

"Mi novio"

"Novio..."

—¿Tu... novio? —preguntó Viktor con un nudo en la garganta.

El sentimiento fue mucho peor cuando Yuuri, con una sonrisa que elevaba sus ojos en una expresión de completa felicidad, asintió y Viktor pudo ver en un parpadeo como el patinador y el hombre a su lado se tomaban de la mano, entrelazaban sus dedos como si no quisieran soltarse y Viktor pudo ver como se daban un ligero apretón. No entendía, ¿por qué dolía tanto? Si en el fondo sabía que los años que había pasado con una ilusión acabarían de esa forma, pero... No, ver el rostro y la mirada enamorada del japonés dolía demasiado.

Aun así, se obligó a sonreír cuando Yuuri le respondió dejando salir todas sus emociones a través de su voz.

—¡Así es! —sonrió, y su actitud algo tímida volvió a él, pero su sonrisa no se fue—. Espero que a ninguno le moleste que él este conmigo aquí, digo, sé que algunos de ustedes...

—¡Ah, ah! No te preocupes por eso —dijo Viktor, y reprimiendo lo que sentía, le guiñó como hacía con sus admiradoras—. Estás rodeado de personas de mente abierta, estén tranquilos.

Yuuri le sonrió en gratitud, Viktor sintió una presión en el pecho. Dejó escapar un suspiro, y se dio media vuelta como si nada, mirando de reojo a la pareja, formó la sonrisa más falsa, pero creíble, que sus labios podían formar.

—Entonces, siéntanse cómodos mientras estén aquí —sonrió, y rápidamente desapareció hacia donde estaban los camarines.

Necesitaba calmar su cabeza un poco.

Cuando salió, la mayoría de los patinadores estaban hablando con los locales, entre ellos, y uno que otro se atrevía a probar la pista donde entrenarían durante esos meses previos al Grand Prix Final. Viktor paseó su mirada por cada uno de ellos, buscando sin querer al japonés aunque parte de su cabeza le gritaba que era mejor irse sin ver nada, pero claro, ¿quién le hacía caso a su cabeza cuando el corazón dirigía la mirada a quien querías? No lo podía evitar, y no se arrepintió cuando lo vio patinar y moverse en el hielo con tanta gracia, creando una música que no se podía escuchar, pero si ver a través de su cuerpo.

Veía la melodía envolver el cuerpo de Yuuri, como cintas de seda de muchos colores envolverse alrededor de su cuerpo, danzar a su ritmo, serpenteando en el aire y dándole al japonés una imagen tan mágica, maravillosa y hermosa a sus ojos que no podía apartar los ojos. No hizo saltos ni nada, solo se movía y bailaba una música que solo estaba en su cabeza, pero Viktor creyó que también podía escuchar esa música imaginaria con solo verlo.

Verlo en vivo era tan diferente a verlo a través de un video. Ver cuánto había crecido, era tan diferente y conmovedor al recordar como era de pequeño y debía sostener sus manos para dar a penas unos pocos pasos sobre el hielo.

Pero también, verlo patinar frente a él, suponía ver cómo su "novio" lo miraba. Masao... Tenía unos ojos pequeños pero mirada amable, el mismo color oscuro de cabello que la mayoría de los japoneses tenían, y así como Yuuri; no tenía una apariencia demasiado exótica, no como él con su color de ojos o el cabello platinado, pero para Yuuri; Masao era atractivo, ¿no? Por algo era su novio...

¿Podía negar que el chico miraba a Yuuri con amor? No, no podía negarlo, sus ojos brillaban a cada movimiento que el patinador hacia, miraba a Yuuri de la misma forma que él lo estaba haciendo, pero la intensidad de aquel chico era mayor. Aun así, eso no apaciguaba lo que sentía.

Cuando Yuuri acabó de patinar, su expresión se volvió tímida al notar que Viktor lo estaba mirando. Bajo la cabeza, con una sonrisa que Viktor no sabía decir si era de felicidad o de incomodidad por su mirada, y patinó rápidamente hacia donde su novio lo llamaba; con los brazos estirados esperando al patinador.

Al pasar de los añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora