Mayo 5 - Día 107

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Solo necesitamos abrazarnos para no alejarnos

Esta canción que he hecho para ti, no la escuches secretamente

Tienes permitido escuchar canciones tristes y llorar

También estoy asustado pero aún creo en el tiempo

Incluso si me veo como un tonto

(Seventeen - Don't listen (몰래 듣지 마요))

***

«No te rindas ahora, amor»

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«No te rindas ahora, amor».  

***

Lo miré desde el otro lado de la mesa, las esquinas de mi boca se arrugaban incluso cuando estaba tratando de convertirla en una sonrisa. Por la tarde habíamos ido a la pequeña cafetería, escogimos una pequeña mesa cerca de la ventana. Afuera, el cielo se veía nublado y gris, ocasionalmente caían unas gotas de las nubes como si no se decidieran entre llover o no.

—Parece extraño que ya sea primavera —dijo alzando la vista de su libro.

Asentí fingiendo que había estado leyendo mi novela en lugar de solo mirarlo. Esa era otra de esas veces en donde los dos sabíamos lo que estaba pasando pero ninguno de los dos teníamos el corazón para detenerlo.

—No me gusta la primavera —le contesté recordando con cariño el invierno pasado, abrigado con suéteres y el consuelo de la mano de Kyungsoo en la mía. Irónicamente, había logrado encontrar mi calor en los meses cubiertos de nieve.

—Extraño la nieve, pero un pequeño sol nunca daña a nadie. Me gusta la primavera, se trata de un nuevo comienzo —Él golpeteó sus dedos contra las páginas abiertas de su libro—. Me alegro de que voy a poder verlo, en realidad es mi estación favorita del año.

Eso era extraño, tenía este sentimiento cada vez que hablábamos, era una felicidad aguda que se cortaba con una tristeza que crecía lentamente. Un indicio de algo parecido al miedo. Traté de no mirar la forma en que su cuerpo temblaba, en cómo a veces sus movimientos parecían arrastrarlo y sacudirlo sin su permiso.

«No te rindas ahora, amor».

—Yo también me alegro de que lo vas a poder ver.

Él se estiró sobre de la mesa colocando con suavidad dos de sus dedos en mi hundida mejilla, frotaba sus dedos contra los tubos que enviaban oxigeno dentro de mi débil cuerpo.

—No te veas tan triste.

Tomé su mano con la mía entrelazando nuestros dedos por encima de la mesa.

Catch me, I'm falling » KaiSooWhere stories live. Discover now