capitulo #6 ''novia del idiota.''

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Una semana, solo una semana, y ya no doy más, ¿cómo rayos hace la gente para aguantar tanto en el trabajo?, claro, no todos tienen un jefe tan inútil como yo, no sé si se hace, le gusta o realmente no sabe hacer nada, ¿será que todos los jefes serán igual? El café por las mañanas, puntual, que no queme, pero no tibio, imprimir, entregar, llamar, comunicar, escribir, revisar, reservar, cancelar citas.
Si no fuera por Clary yo no tendría que hacer nada de lo que estoy haciendo ahora. Si consideraba a Salvatore irritante, ahora lo es el doble, y ya puedo confirmarlo, es tan mal agradecido e inconformista, nada le gusta, se la ha pasado criticando mi trabajo, cada vez que lo hace, me pongo en la postura de ''¿por qué no me despide?'', luego me doy cuenta de que, que me despida es lo que menos quiero, sí, es un asco de persona, si, rezo todos los días para que lo atropelle un tren, pero aún es dueño del periódico en el que siempre quise trabajar.

-Hola, buenas tardes. ¿en qué puedo servirle? - dijo la chica tras el mostrador.

- quiero un mocca blanco- pedí.

-¿tamaño? - preguntó

- venti, por favor.

- ahí está su recibo, retire a la derecha por favor.

Había escuchado cinco días la misma indicación, creo que la chica aún no me recordaba, o era demasiado temprano como para hacer el intento de recordar mi rostro. Al parecer era la primera clienta de hoy. La chica trabajaba lenta y perezosamente, su cara pedía a gritos unas horas extras de sueño, igual que el mío.

-su orden está lista, tenga un buen día.

-igual usted.- respondi cortés.

Salí de la tienda, hoy es un día bastante helado, subí la cremallera del abrigo hasta el máximo y caminé hasta la compañía, suerte que quedaba a unas cuadras. Revisé la hora, que dependiente me estaba convirtiendo de la hora, cinco minutos para las ocho, llegaría a la hora.

-Hola Jane - saludé con alegría.

-Hola cariño, ¿qué tal dormiste?

-bastante poco, ¿tu?

- creo que dormí un poco más que tu - río.

Vi cómo se estacionaba el auto del señor Salvatore, Jane y yo nos miramos, y salí corriendo mientras escuchaba la carcajada de ella.

Abrí la puerta del despacho, y acomodé los papeles que estaban ahí esparcidos, dios, que hombre, todos los días lo mismo. Sitúe en el centro el archivador con las ediciones ya terminadas del día anterior, y el diseño del periódico, me puse a un costado del escritorio con el café en mano.

-Buenas tardes señor Salvatore.- le sonreí.

Creo que es injusto que alguien como él, sea tan guapo, venía con un traje negro, supuse que era hecho a su medida, porque le quedaba perfecto. Sonrió ante mi mirada, ¡Tonta! Me dije, odio a este hombre, pero no puedo ignorar la belleza que tiene.

-¿sabes?, es realmente molesto escucharte diciéndome todo el tiempo ''señor salvatore''.

-¿cómo quiere que le diga entonces? - dije un poco irritada.

- Ian.

-está bien.- dije en el mismo tono.

-¿cosas para el día?- preguntó tomando su café.

- tiene una cita con la señorita Madison para las tres de la tarde.- hizo cara de desagrado.

-cancelala - pidió.

-pero señor, ella ha pedido una cita con usted toda la semana. - sonó el teléfono.

-¿y eso qué?- observó el teléfono.

-¿no va a contestar?

-¿para qué estás tú? - llevé mis ojos al cielo y respiré profundo.

-hola, si, él está algo ocupado ahora señorita Madison - hablé por la línea telefónica.

- dile que eres mi novia - dijo en un susurro.

-¿qué? - susurré también.

- que le digas que eres mi novia.- comprendí. Que bajo Ian Salvatore.

-disculpe, con todo respeto, pero ¿podría dejar de molestar a mi novio?- dije avergonzada, el rio.-como escuchaste, a mi novio.- se sentía tan extraño. -Déjanos en paz.- corté.

-¿qué te dijo?

-me trato de perra, dijo que nos arrepentiríamos.- reí.

No sé si me daba más risa lo patética que se escuchó la mujer o la cara que él estaba poniendo.

-Debemos viajar mañana.- me informó.

-¿Por cuánto se va?- pregunté. Tengo días de descanso, canturrie.

- nos vamos por tres días.

¿Dijo nos?

-así que hoy puedes retirarte más temprano para arreglar tus maletas, Clary me informó que solo faltaba encontrar un hotel, supongo que puedes encargarte de eso, mañana paso a buscarte a tu casa, y por favor dile a la secretaria que tome sus descanso como corresponde y deje de llamar.

-yo no sé si pueda señor...

-tú me dijiste que estabas dispuesta a viajar y yo te tomé la palabra.

Tiene razón.

The practiceWhere stories live. Discover now