-¿es el más cercano del big ben? -Pregunté emocionada.- si, es perfecto, dos habitaciones señor, muchas gracias. -colgué la comunicación.
Presioné la comunicación directa con Salvatore a su oficina.
-señor, el hotel ya está reservado.
-¿el hotel? ¿No crees que es mucho para nosotros? - rió.
Buen chiste.
-Las habitaciones ya están reservadas. -dije ahora irritada.
¿Por qué se empeña en esfumar cada gota de felicidad, debería guardarse los comentarios para el mismo.
-creí que me harías pagar todo el hotel Sam.
-que gracioso es usted...
Las puertas del elevador se abrieron, una rubia de extraordinaria belleza se me acercó, corté la comunicación sin importar que él me regañara.
-¿así que eres tú la regalada? - bufó enojada.
-¿disculpe? Debe estar confundiéndome con otra persona - la calmé. Ian salió de su oficina regañándome, vio a la chica, quedó mudo.
-¿qué haces aquí Madison?- preguntó asqueado.
¿Madison? Con que es ella.
-vine a verte cariño, sé que estás ocupado, pero...- se acercó peligrosa a él. Ian me miró pidiendo ayuda.
-Creí dejarte en claro ésta mañana que no molestaras a mi novio. - dije decidida como si fuera real.
-por favor, tu no me llegas ni a los talones, Ian no pudo dejarme por ti estúpida - lo abrazó.
Por algún motivo eso me enfado más, a mi nadie, absolutamente nadie me gana, a excepción de Allison.
-Aléjate de Ian - la obligué a sacar su brazos de encima. Y en su lugar los remplacé por los míos.
Que espalda tan musculosa, ¡concéntrate Dunne!
-por favor, ni ustedes se creen este show, Ian, no sabes cuan lindo encuentro que intentes darme celos. -sonrió babosa.
-Madison, llévate algo de dignidad y deja a mi novia y a mí en paz.-dijo firme el tomándome por los hombros.
-niña tonta, él te está usando, sólo quiere darme celos.- musitó ella como loca.
-hermosa.- dijo volteándome hacia sí Ian. - sabes que no es verdad, está loca.
La escuché gritar irritada, pero solo podía mirar a Ian a los ojos, ¿por qué hacía esto? qué color tan bonitos para un par de ojos.
Recorrió mi rostro con la mirada y acarició mi mejilla, finalmente fijó su mirada en mis labios, enterró la otra mano en mi cabello, jamás un contacto físico tan mínimo había sido tan hermoso, ladió una sonrisa y me besó. Se sintió como la primera vez, solo que algo más ¿apasionado? Este hombre lo tiene todo para seducir.
-Van a pagármelas - dijo amenazadora la rubia.-me las van a pagar - bufó al borde de las lágrimas.
Ian y yo nos separamos.
¿Cuánto duró? Pareció una eternidad, que linda eternidad.
-no sé en qué estaba pensado...
-no se preocupe, también fue mi culpa- lo tranquilicé.
¿no lo disfrutó?
-¿de qué estás hablando? - rió.
-¿de qué está hablando usted?- me puse nerviosa.
- de Madison, ¿qué pensaba cuando estaba con ella?- dijo enfadado y entró a su oficina sin más.
¿no le afectó?
DU LIEST GERADE
The practice
Romantik-¿verdad o reto?- volvió a preguntar. Jamás me había sentido tan indesisa, menos cuando se trataba de él, no cuando solo estábamos jugando. -Verdad.- me decidí sin saber si realmente era lo que quería escoger.
