capitulo #8 "Ronquiditos."

15.3K 643 114
                                    

-Ni siquiera le importó utilizarme, es un asco de hombre, ni defenderse sabe, dios, es peor que un niño.

-seré directa - avisó Allison. -estás enojada... ¿porque te utilizó o porque te gustó?

Abrí mis ojos como platos, la vergüenza subió a mis mejillas, trate de hablar un par de veces, pero no sabía que responder.

-déjalo - mencionó mi amiga guardando ropa en la maleta.-¿no crees que es mucho? Solo son tres días.

-es que Ian no me dio grandes detalles de lo que haríamos allá, así que debo llevar de todo un poco.

-con que Ian - arrastró las palabras - ¿qué pasó con el ''idiota de salvatore''?

-déjame en paz - amenacé.

-está terminado, duerme, mañana será un largo día.- dijo mientras caminaba hacia la puerta. - Sueña bonito.- me tiró un beso y se fue.

Intenté, juro que lo intenté, pero no podía dormir, conté ovejas, busqué estrellas por la ventana, puse música aburrida, miré el techo, y no lo logré, no pude dormir, demasiadas emociones supongo, el hombre más guapo que he visto en mi corta vida me besó, en unas horas estaré en mi ciudad soñada por primera vez.

Sonó el agudo tono de la alarma, la apagué de inmediato, perezosamente fui tomar un baño, primer bostezo, ¿hablas en serio? Intenté dormir toda la noche, ¿y ahora me da sueño? Me miré al espejo, no lucía del todo trasnochada, aunque a decir verdad, no tengo a quién impresionar.

-despiertas por las buenas o por las malas. -Allison entró con un vaso de agua en la mano. Me miró sorprendida.

-ni se te ocurra tirarme esa cosa - apunté el vaso.

-¿qué haces despierta?- preguntó confundida.

-no es tan sorprendente - me ofendí.

-por favor, te conozco desde hace más de diez años, ni con un terremoto despertarías.

Cierto.

Mi teléfono anunció un mensaje.

''en cinco minutos estaré afuera'' idiota de Salvatore.

Tendría que editar su nombre, tomé mi maleta y me despedí de mi mejor amiga, algo me dice que disfrutará mucho mientras no estoy, solo espero que ella y Peter no se acerquen a mi habitación.

Doblando la esquina venía, se detuvo frente a mi y bajó del auto, sonrió al pasar a mi lado tomando la maleta para ponerla en la del auto, volvió hacia mi.

-si me permites- invitó haciendo una reverencia.

-claro.-respondí subiendo al auto.

Entregué mi equipaje y me revisaron para ingresar al avión, él me hablaba, pero yo era incapaz de entender lo que decía, solo repetía una y mil veces en mi cabeza lo que dijo la azafata. ''por favor poner sus cinturones, pronto iniciará el viaje.'' Hice caso, que nerviosa me ponían los aviones. Sentí que alguien me tocaba, Ian me obligó a mirarlo tomándome de el mentón.

-¿qué ocurre? -me miró con preocupación.

-na-nada. -respondí insegura.

-no luces como si no ocurriera nada.

-''comienza el vuelo'' - dijo la voz del parlante.

Sentí pánico.

-¿te dan miedo los aviones?- preguntó amable.

-jamás había subido a uno.- contesté apenada.

-oye, tranquila, no va a ocurrirte nada.- Ladeó una sonrisa.

El avión comenzó a moverse, busqué su mano, si el me utilizaba para darle celos a su ex, yo lo utilizaría para darme protección, encontré su mano y la apreté con todas mis fuerzas.

-no me la arranques, la necesitarás cuando aterricemos.- me miró con ternura.

-lo siento señor...

- ah, ah, ah - me quitó su mano.- nada de señor, ¿prometido?

- si Ian - me tendió su mano. Comenzó a moverse más fuerte, por lo que le apreté aún más la mano.

-tranquila bonita, no pasa nada.- dijo acomodándome en su pecho.

¿Bonita?¿el acaba de decirme bonita? Es todo, si sabe como distraer a alguien, intenté no pensar en los extraños zamarreos que dio el avión antes de estabilizar el vuelo, me concentré en el sonido que emitía el corazón de mi acompañante y no recordé más.

-disculpe, el avión ya va a descender.- informó una azafata.

Abrí los ojos lentamente, seguía en el avión, jamás creí que sería tan cómodo el asiento, intenté sentarme derecha, pero unos brazos me detuvieron, caí en la cuenta de que no era el asiento lo que consideré cómodo.

Que vergüenza.

Me dormí encima de Ian, me levanté cuidadosa intentando no despertarlo, pero fallé.

-ya llegamos -dije avergonzada.

-¿estamos vivos?- sonrió con ganas.- te dije que no pasaría nada. ¿Soy cómodo? -preguntó. Enrojecí.

-bastante - quise disimular.

-¿sabes? Tuve que pedirle disculpas como tres veces a la señora de adelante.

-¿por qué?¿qué dijo?-quise saber.

-''¿podría decirle a su esposa que deje de roncar?''- rió.

-¿qué?

Oh dios, esto no puede estar pasando, no a mi, no con el.

-es broma, alagó la pareja que hacíamos.

-oh.-me tranquilicé.

-pero si roncaste.- dijo cerio, muy cerio.

Lo miré con cara de terror.

-yo no ronco.-respondí.

-claro que roncas.- respondió.

-déjame en paz.- le pedí.

-como quieras ronquiditos.

The practiceWhere stories live. Discover now