Las vacaciones de navidad están a la vuelta de la esquina. Literalmente, ya que están en la estación nueve tres cuartos, a punto de ir cada quien a sus hogares para pasar este invierno.
Todos se están despidiendo, deseando una feliz navidad como Año Nuevo.
Hera se encuentra despidiéndose de Remus y Peter, dos de los merodeadores que más le agradan y parecieran ser sus hermanos.
— Disfruten estas fiestas — les dice la Ragnor abrazando ambos chicos.
— Tu también condenada Juno — contesta el rubio castaño con una sonrisa.
— Disfrútalas hasta donde puedas Afrodite — responde cordialmente el castaño revolviéndole el cabello a la chica.
— Los veo el año entrante — y se marcha pero recuerda algo así que gira sobre sus talones y camina de espaldas — ¡Mis regalos les llegarán el veinticinco! — grita ella.
— ¡El mío también! — gritan al unísono lunático y colagusano.
La hufflepuff niega y gira volviendo su camino a su familia.
Su madre la recibe con los brazos abiertos, abrazándola hasta quererla ahogar y su padre solo le pasa un brazo por los hombros.
— Estás fiestas las pasaremos en Grimmauld Place, serás presentada como la prometida del heredero Black — dice su madre mientras van al auto mágico.
Eso hace que el corazón de Hera se ponga triste sin desearlo. Ella esperaba estar encerrada en su biblioteca, leyendo hasta morir e irse a otros mundos para olvidar ese insufrible dolor.
La suerte no está de su parte pero al parecer si lo está para su mellizo, Perseus.
Quien se ha comprometido con la única Travers, su mejor amiga, Lucinda.
Que chiquito es el mundo.
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sober | marauders
FanfictionHera Ragnor es la única que no ha caído en ninguna broma de los merodeadores. Algunos dicen que es demasiado lista, otros que simplemente es suerte. Ella es la única que ha podido culparlos, pero solo un apellido hace que caiga rendida a los pies d...
