sober | marauders

xxix. genatic three

La pelirroja observa la pared frente a ella. Se encuentra en lo que antes era su hogar, la mansión Ragnor, y ha entrado a la habitación exclusiva al árbol genealógico de la familia.

A sus ojos solo había un nombre, Hera Black. Pega su mano al muro y hace el gesto de estirar algo dando dos pasos hacia atrás abriéndose el paso un corto video de su boda.

En el video aparece ella con una gran sonrisa en su rostro y sus ojos verdes resaltaban de alegría mientras Regulus regalaba una sonrisa, pero la observaba solo a ella. Después de que el recuerdo acabará aparece la información básica de si misma, así como luego desparece volviendo a su lugar en la pared.

Hera no aceptaba de manera completa la decisión de Black, pero es su esposo el resto de los días y ella estaría a su lado siempre. Porque de alguna manera él logró que sacara a Sirius de su mente y entrará en su corazón conquistándola. Ella estaba segura de que moriría por él.

— A veces debemos dejar nuestros duelos y apoyar a nuestros maridos — aclara su madre entrando a la habitación — Por algo existe ese dicho muggle "detrás de todo hombre hay una gran mujer" porque ellos no serían nada sin nosotras, aunque me voy mas por el de "a lado de un hombre, siempre va una gran mujer" — y pasa ambas manos por los brazos de sus hija observando el árbol.

— Por ejemplo, Narcisse, el hermano de tu padre, que en paz descanse — exclama la mujer — El cambio su actitud por una mujer aunque lamentablemente falleció por un súbdito de Grindelwald. Pero ya sabes cómo es la familia... — deja las palabras al aire. 

— Sanguinem omnem virtutem. Sangre, valentía y fuerza ante todo así somos los Ragnor — relata feliz la señora junto a su hija.

La chica comprendió que ella podía hacer un cambio con Arcturus. Ella se quedaría su lado.

Hasta los últimos momentos.

Inclusive si su vida dependiera de ello.