sober | marauders

xxvi. a name

Una semana ha pasado desde que Hera Ragnor pasó a ser una Black. Hoy ha recibido en su casa a su vieja y única amiga Lucinda Ragnor.

— Estamos ya casadas — dice la ex-Ravenclaw — Quien habría imaginado esto —

Ambas chicas se ríen y beben de sus tazas. Un elfo, Kreacher, aparece ante las chicas.

— La ama desea algo más — afirma el elfo de buena manera.

La pelirroja le mira con una sonrisa y niega — Kreacher te he dicho que me llames Hera, y gracias pero no necesitamos algo más —

El elfo intenta sonríe y desaparece. Luego las chicas vuelven a seguir la platica hasta que se desvía al tema de los hijos.

— ¿Cómo llamarías a tus hijos? — pregunta la pelinegra bebiendo un trago de su té. 

Entonces la chica Ragnor se pone a pensar. Nunca se había cruzado ese tema por su mente pero ahora varios nombres se le vienen.

— Si fuera niña sería Selena Nix — dice a la vez que intenta recordar a los dioses — Quiero seguir la tradición de la familia. Selene es la titanide de la Luna y Nix es la diosa de la noche —

— Yo no me esforcé tanto — se ríe la chica, la verdad, ahora que lo pensaba, debería de seguir la tradición Ragnor — La mía sería Teressa Marilyn —

— Si fuera hombre sería Ares Apolo — exclama confiada de si misma la pelirroja.

— Thomas Jackson — termina de decir la que antes era Travers.

— Bonitos nombres — exclama una tercera voz en la sala espantando a las jóvenes muchachas — Hola — saluda formalmente a la pelinegra mientras recarga sus manos en los hombros de su esposa.

— Regulus, me has dado un susto de muerte — dice con exageración Luce, quien revisa su vestido para ver si no se mancho el vestido de la bebida.

Juno ríe, a Lucinda le encanta el drama tanto que estuvo un tiempo obsesiona al descubrir que le gustaba Sirius estando comprometida. Pero es tiempo pasado, ahora ella vive el presente.

— Bueno, lo siento — sonríe a medias Regulus — No les molestaré más, iré a la biblioteca —

La pelirroja le besa la mano como un gesto de cariño. Estando de acuerdo de donde estará, y él felizmente deja la habitación.

— Te ganaste la lotería Raen — suelta la chica mientras bebe de su taza.

Hera solo miraba como salía el chico con casi una sonrisa saliendo de sus labios.