xxxii. marauders and ragnor

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Herácles sale de la chimenea, encontrándose con seis pares de ojos observándolo de manera atenta. La pareja Ragnor, los Potter, Sirius y Remus esperaban a que el rubio hablara.

— Pensé que estarían solos — es lo único que logra decir.

— Herácles, ¿estás bien? — pregunta Lucinda al notar como los ojos de su cuñado se encontraban rojos.

Y sin evitarlo, el ex-Slytherin se hecha a llorar, cayendo de rodillas al suelo, pensando cómo su hermana se fijaba en los más mínimo detalles en su mellizo y él, de cuantas veces los sacó de los problemas en Hogwarts.

Perseus deja su whisky en una mesa, y se tira enfrente de su hermano mayor preocupado por su reacción.

— Lynx — le llama por su segundo nombre — ¿Qué ha sucedido? —

— Hera a fallecido — murmura entre lágrimas el rubio. — Ya no está aquí, ni Regulus —

Para Perseus fue perder, literalmente, su segunda mitad. Su hermana. Su melliza. Su compañera.

— No, no, no — exclama nervioso el azabache — ¡No puede pasar eso! — grita lo último dando un golpe de puño cerrado al suelo — Juno no puede haber muerto. No. —

Y es cuando Sirius reacciona. Hera a sacrificado su vida por la de su hermano. Ambos han muerto. También ha perdido el amor de su vida. La única que amó y amará siempre.

Canuto tira el vaso con enojo y lagrima comienza a bajar por sus mejillas y él se las talla rápidamente pero más lagrimas llegan. Por lo que se abraza de Remus quien también se conmocionó por la noticia. La pelirroja Hufflepuff no podía morir.

Lucinda se tira a lado de los hermanos y abraza a los dos Ragnor mientras gritos de melancolía mezclados con gotas de sabor salado salían de sus ojos. Su mejor amiga se había ido del planeta.

James le había cogido un cariño excepcional a la melliza de Perseus por su extraña actitud de tejón, para el día como una hermana también. Y el pederla le dolía. En cambio, Lily casi no hablo con ella pero llego a conocerla por medio de Sirius y Perseus, siendo el más grande tesoro de ambos.

Y esa noche, todos estuvieron en luto en la sala de la casa de Perseus y Lucinda Ragnor.

Por la pérdida de una hermana, compañera, melliza, amor, aliada y casi enemiga de cabellos rubios fresa con su actitud de tejón.

Al igual que el de un hermano no tan querido, pero siendo familia aún que al último quiso cambiar de bando por amor.

Que aun así en muerte ambos amaron con su alma.

Sin más debo de decir que mañana solo se dará el epílogo y agradecimientos.

Espero que la novela les haya gustado.

Juro que estoy sufriendo.

sober | maraudersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora