Cómo engañar a dos pares de tontos

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¡Tercer capítulo! Espero que lo disfrutéis. ¡Comentad!

Maldijo entre dientes. Comenzaba a cansarse de perseguirlos continuamente, tras haberles perdido la pista al dejar a los niños enfermos de Punk Hazard, de nuevo se había topado con los mugiwara. Ahora estaba corriendo calle abajo hacia el puerto persiguiendo a varios integrantes de la banda. Su intuición nunca le fallaba, habían atracado en aquella pequeña isla y desde que pisó tierra algo le decía que aquella banda de piratas se encontraba en el pueblo.

Saltó por encima de una pila de cajas que supuso que contenían comida ya que estaban apiladas al lado de una tienda de alimentación marina, frunció el ceño y se convirtió en una masa opaca de humo blanco y les siguió con más facilidad por la calle.

Se materializó en su cuerpo original a mitad del puerto, los tres integrantes corrían hacia el ala este del puerto, donde supuso que se encontraría su navío. Pero un grito les detuvo, por una de las calles perpendiculares que daban al muelle de madera oscurecida con los años y el agua salada. Vieron como una chica bajaba a toda velocidad por la calle con una espada corta en su mano. Cuando salió al puerto se giró hacia atrás con la respiración agitada y dando un salto hacia atrás esquivó un machetazo de un hombre que le perseguía.

(Nombre) dio una estocada, la cual paró el hombre que parecía un pirata, ella dio un pisotón con su pie izquierdo y el hombre se abalanzó hacia ese lado, pero (Nombre) realizó una finta y clavó su espada corta en el pecho del hombre.

Ella dio un largo resoplido intentando recuperar el aliento, envainó la espada y del bolsillo trasero de su pantalón sacó un colgante de oro con una gruesa piedra blanca que parecía un diamante. (Nombre) tiró de una de las esquinas de sus labios guardando el collar en el bolsillo de donde lo había sacado, se dio la vuelta y se quedó helada.

—(Apodo)—siseó el vice-almirante tomando la empuñadura de su arma.

«Vaya, me ha pillado con las manos en la masa» pensó (Nombre) alzando las cejas con sorpresa—. «Ahora tiene más motivos por arrestarme».

Smoker divisó por el rabillo del ojo una sombra de gran altura que se cernía sobre ellos y se echó un paso hacia atrás poniéndose en guardia por lo que pudiese hacer el pirata.

—Señorita—escuchó (Nombre) detrás de ella haciéndola girar— ¿Podría enseñarme sus bra...?

Pero antes que el esqueleto pudiese terminar su frase, (Nombre) gritó con horror.

«¿Qué es esta jodida cosa? ¿Un muerto viviente?» pensó la chica. Inconscientemente su brazo se movió, se estiró con el puño apretado, con sus nudillos golpeó con fuerza al pirata huesudo provocando que este cayese de espaldas como un fardo quedando inconsciente.

(Nombre) lo observó todavía horrorizada, con la respiración agitada y con una mano puesta en la empuñadura de su espada corta, era incapaz de mirar aquel monstruo sacado de las películas de terror. Alzó levemente la vista para cerciorarse si se encontraban más muertos vivientes en aquella zona del puerto, pero vio como el hombre rubio se acercaba a ella con un andar muy extraño y con su único ojo visible brillando con emoción.

Se arrodilló ante ella y alzó una mano mientras sonreía como si hubiese encontrado el One Piece, (Nombre) lo miró estupefacta. ¿Quién era? ¿Iba a detenerla? Aquella mirada no le inspiraba nada bueno.

—Mellorine—babeó el hombre rubio acercándose a ella.

—... Hola... ¿Desea usted algo?—titubeó (Nombre) todavía con su mano dominante asiando con fuerza la empuñadura de su espada corta. Sus rodillas temblaban a causa del susto y de la carrera que se acababa de dar desde el centro de la ciudad hasta el mismo muelle.

—¿Le gustaría a esta bella dama acompañarme en una grata cena esta tarde?—preguntó el hombre rubio tendiéndole la mano.

(Nombre) alzó las cejas entre sorprendida y confundida, hombre, si aquel hombre invitaba... Pero no sabía quién era, podría ser un pirata, aunque si era uno podría robarle el dinero. Pero cayó en la cuenta que (nombre de tu mejor amigo/a) le estaba esperando para marcharse a la siguiente isla.

—Lo lamento, pero tengo bastante prisa—se disculpó (Nombre) bajando levemente su cuerpo realizando una breve reverencia de disculpas.

Pero cuando se incorporó notó una mano grande en su cabeza, ella dio un respingo, y vio como el hombre rubio vestido de traje palidecía unos segundos. Oyó un paso detrás de ella.

—Métete en tus asuntos mugiwara—gruñó Smoker con ira.

«Oh, me había olvidado de él por completo» pensó (Nombre) frunciendo el ceño. Notaba el aura asesina que emanaba el marine, reprimió un escalofrío e intentó calmar sus nervios para elaborar un plan de escape en el que ella no terminase en el calabozo de aquella isla o en los cuarteles de la marina.

—¡Bueno! ¡Pensándolo bien! Si qué acepto tu oferta—rio (Nombre) con nerviosismo dando una zancada hacia el hombre rubio, pero fue detenida por otra mano en su hombro que la retuvo el lugar.

(Nombre) le pidió ayuda al hombre rubio con la mirada, que hiciese lo que fuese para que el marine no se la llevase al cuartel o la detuviese, pero el cocinero de los mugiwaras la miró con pena. No era plan de ponerse a pelear con Smoker justamente en estos momentos, pero Sanji no podía permitir que el marine arrestase a aquella dama que le suplicaba con la mirada. El cocinero frunció el ceño y le lanzó una mirada helada a Smoker, quien frunció el ceño y le devolvió una mirada asesina advirtiéndole que el siguiente en ser arrestado iba a ser el.

—¡(Nombre)!—se oyó un grito a lo lejos.

(Nombre) giró la cabeza en dirección a las aguas cristalinas y se encontró balandro de madera de velamen amarillento y al timón una persona.

—¡(Nombre de tu mejor amigo/a)!—gritó aliviada (Nombre)— ¡Mira! ¡Mugiwara no Luffy!—gritó (Nombre) señalando hacia la calle por donde ella había llegado.

(Nombre) aprovechó aquella ligera confusión de los dos hombres que estaban a su alrededor y corrió hacia el final del pueblo donde terminaban las tablas y dio un poderoso salto para caer en la balaustrada del pequeño barco, (Nombre) se tambaleó a causa de la repentina pérdida de equilibrio pero (tu mejor amigo/a) le agarró del brazo y tiró de (Nombre) para meterla dentro del barco.

(Nombre) suspiró y se incorporó mirando hacia el puerto, agitó una mano en gesto de despedida sin poder evitar sonreír con diversión y sorna.

—¡Espero volverte a ver pronto Cazador Blanco!—gritó sin aliento (Nombre) mientras (tu mejor amigo/a) le daba tortazos en la cabeza en forma de reprimenda.


Runaway [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora