Cómo casi cagarla estrepitosamente

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¡Hola! ¿Qué tal estáis? Espero que os guste este capítulo, es algo más cortito pero es intenso. (Si veis algún error avisadme). Si os ha gustado comentad ^ ^ ¡Disfrutad!

—¿A caso estás loca?—preguntó (m/a) con una mirada iracunda.

—Te estoy diciendo que tan solo tienes que entender, no compartirlo—frunció el ceño (Nombre).

—¡Por supuesto que no! Pretendes enfrentarte a una banda pirata tu sola tan solo porque...

—¡(M/a)! ¿Recuerdas cuando éramos niños y temíamos que los piratas llegasen al pueblo? ¿Qué lo saqueasen e incendiasen como el pueblo de la costa?

(M/a) frunció el ceño mientras rememoraba su infancia, (Nombre) y él/ella vivían en un pueblo que estaba en un valle entre dos montañas, desde esa parte se podía ver la costa y por lo tanto los barcos que llegaban al pueblo costero de al lado. Recordó que una noche se despertaron con los gritos y el humo procedente del pueblo de abajo, una banda pirata llegó en plena noche y saqueó y robó todo lo que pudo y más, secuestraron a un sin número de personas y quemaron las casas. Desde ese momento vivían con miedo porque aquellos piratas regresasen o cualquier otra banda se diese cuenta de su localización y los atacase.

Ahora (Nombre) le pedía que al menos rescatasen a los niños de la aldea donde habían atracado, porque por lo que estaban oyendo en esos instantes, un gran número de personas estaban siendo atacadas. Al menos, como (Nombre) dijo, debemos ayudar a los niños.

(M/a) di un largo suspiró sopesando las ventajas y desventajas, podría conseguir una buena baja por parte de los piratas si actuaban por sorpresa y con sigilo; pero, eran tan solo dos personas contra un gran navío repleto de piratas crueles.

—(M/a)—llamó (Nombre) con la voz angustiada—. No pretendo ser ningún héroe, pero ambos/as conocemos el temor de ser atacadas/os. No quiero que les pase lo mismo a estos niños que a los del Puerto Llano. No quiero que tengan una muerte indigna.

(M/a) se quedó unos segundos agonizantes considerando las opciones, después levantó las cejas para luego juntarlas.

—Está bien, pero me debes una cena abundante, no esa mierda que solemos comer.

—¡Gracias! Esta noche cenaremos en el mejor restaurante de todos—sonrió agradecida (Nombre).

—Bien. Yo por el ala oeste, tú por el este—ordenó (m/a) antes de echar a correr por la vía principal.

(Nombre) asintió y comenzó a correr desenvainando su espada corta, estuvo recorriendo varias calles, pero no encontró ningún solo aldeano vivo, la gran mayoría estaban tendidos en el suelo con sangre brotando de sus cuerpos, derrotó a todos los piratas con los que se encontró, aunque a duras penas.

Sentía que le ardían los pulmones, también lo hacía la garganta y sus rodillas temblaban a cada paso que daba, se había recorrido todas las calles que había podido en búsqueda de algún niño que estuviese en peligro. Pero no halló a ninguno. Hasta ese momento.

Oyó el llanto de un niño que procedía de una de las casas, sin pensárselo dos veces empuñando su espada corta golpeó la puerta con su pie derribándola, se encontró con una habitación grande decorada con muebles de madera, con todo revuelto. Pasó la mirada por la habitación y agudizó el oído, y dio un paso. Un estruendo se oyó y parte de la entrada estalló en pedazos lanzando a la chica al suelo, (Nombre) cayó sobre la mesa, y sintió como algunos fragmentos de los cristales de las ventanas cayeron sobre ella, y algunos cortándola. Gimió con dolor, se miró las piernas, tan solo tenía algunos rasguños, la peor parte la tenía en la cara, tenía una brecha en su frente, por encima de la ceja que no paraba de sangrar abundantemente impidiéndole ver con su ojo izquierdo. Resopló y oyó un llanto. Uno procedente de un armario tirado.

Se levantó con una mueca dolor y corrió hacia el mueble, abrió con prisas las puertas del armario y halló a un niño pequeño llorando, este paró unos segundos para observar a (Nombre) con terror. Ella sonrió aliviada, el niño se encontraba en perfecto estado, salvo por un corte en su pierna y varios moratones en los brazos.

—Hola—saludó (Nombre) con voz áspera a causa del cansancio y el sofoco—. ¿Dónde están tus papás?—ella titubeó unos segundos al ver como el niño comenzaba a sollozar—. No te preocupes, soy de los buenos. Te llevaré con tus padres, ¿dónde están?

—En el fuerte, arriba de la calle principal—sollozó el niño.

(Nombre) envainó su espada y tomó al niño en brazos, con cuidado, cruzó la habitación y se asomó con cautela por la puerta verificando si algún pirata estaba a la vista. Frunció el ceño al no encontrar ninguno por la calle, y echó a correr en dirección norte donde se encontraba el fuerte que le había dicho el niño.

Cruzó una calle y se encontró con cinco piratas que estaban saliendo de una casa con bolsas en sus manos repletas de todo tipo de cosas, (Nombre) se paró en seco y buscó con la mirada una vía de escape. Ahora no se podía permitir pelear con cualquier persona llevando a aquel niño, eran cinco contra uno, en el caso de dejar al niño en un lugar inseguro era improbable que este saliese con vida. Apretó la mandíbula y regresó a la calle por donde había llegado para tomar la paralela y esquivar a los piratas. Pero en cuanto se metió en la calle oyó como los piratas gritaban y corrían hacia su dirección. Ella maldijo entre dientes.

Oyó el fogonazo proveniente de una pistola y el adoquín que estaba a su lado estalló, ella perdió el equilibrio y cayó al suelo, logró darse media vuelta para caer sobre su hombro y no sobre el niño que llevaba en brazos. (Nombre) gritó de dolor, y se puso de rodillas para seguir corriendo, pero se detuvo un segundo para ver como unas sombras se cernían sobre ella. Abrazó al niño y se dio media vuelta dando la espalda a los piratas al ver como uno de ellos le apuntaba con una pistola. (Nombre) intentó levantarse antes de sentir el plomo sobre ella, pero nunca llegó, tan solo oyó gritos de horror por parte de los piratas.

Se dio la vuelta con lágrimas en los ojos y se encontró rodeada de una humareda blanca y espesa, miró hacia todos los lados intentando hallar a los piratas pero no lograba ver todo, tosió al respirar aquel humo. ¿Habrían lanzado artillería contra esa zona desde el barco pirata y había estallado?

Pero no había oído ningún estruendo que verificase una bola de cañón, se levantó como pudo apretando los dientes y sosteniendo al niño entre sus brazos con la poca fuerza que le quedaba, sentía como los dedos del infante se clavaban en sus costillas y espalda.

Vio una figura emerger del humo y se encontró con un marine de gran altura y cabellos blancos con un semblante de enojo en su rostro.

(Nombre) alzó las cejas con sorpresa al toparse con la mirada del vice-almirante.

—Ve al fuerte, (apodo)—ordenó Smoker como si se tratase de uno de sus subordinados, pero al ver que no calaba el mensaje en la mente de la chica volvió a repetirlo con un grito.

(Nombre) asintió y echó a correr hacia el norte con el niño en brazos, estuvo corriendo no supo cuánto, pero notó que su adolorido cuerpo se relajaba cuando vio una gran estructura de piedra fortificada. Con un par de pasos se encontraba cruzando la puerta de la muralla y golpeando su hombro sano contra ella para abrirla, después entró en un patio y siguió hasta un palacete. Al entrar se topó con unas manos que la tomaron de los hombros. (Nombre) alzó la mirada y se encontró con las de (m/a), ella suspiró con alivio.

—¿Estás bien?—gimió (m/a) con preocupación sosteniendo el peso de (Nombre) contra su cuerpo.

(Nombre) jadeó asintiendo.

Estaban a salvo.

Runaway [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora