Especial San Valentín

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¡Hola! ¡Feliz San Valentín! No sé si lo celebraréis, aunque yo no, pero eso no es escusa para daros un capítulo especial. En este aparecen el resto de los nakama de (Nombre): (m/a) tu mejor amigo/a, Undhu, un amigo de la infancia de (Nombre) y que es un bocor (un hechicero vudú) y Abe, el médico del barco.  Espero que os guste el capítulo y comentad. Estoy pensando en hacer un arco más o menos largo que me junte a los mugiwara, a Law y su banda, al G-5 y a la banda de (Nombre); decidme que os parece. (N/A) Bullabesa1: es un caldo de pescado. Cerdo "Jerk": es una comida jamaicana con cerdo picante y verduras. ¡Disfrutad y comentad! ¡Pasad este día en grande!

«Aquel día prometía» se dijo (Nombre) así misma. Hacía menos de una semana habían llegado a una pequeña isla donde había un par de pueblos de casas blancas con tejados violetas. Tenía un pequeño puerto donde los barcos iban y venían en busca de pescado y de vez en cuando llegaba algún que otro navío pirata.

Aquel día parecía ser provechoso por una única razón: era San Valentín. Por lo que no tenía que dar ninguna excusa al resto para comer chocolate tranquilamente. Así, se levantó en cuanto el sol salió por el horizonte y se dirigió a una pequeña tienda para comprar chocolate. Más del que necesitaba. ¿La razón? No pensaba compartir sus dulces con el resto de la tripulación, por lo que prepararía chocolates simples para los tres miembros de su tripulación. Que ellos se comiesen los suyos y ella se comería los especiales para ella. Porque ya conocía a (m/a) aunque al principio se negase a comerlos, luego le robaba los suyos. Y este año no pensaba compartir ni una mísera onza con su equipo.

Acudió a otras tiendas para comprar otros ingredientes, como era el caso de menta, (fruta favorita), pollo, pescado, legumbres y cebollas; las últimas por mandato de Undhu; ya que se les estaban acabando las existencias de esos alimentos.

En cuanto llegó al barco, dejó todos los alimentos en la despensa y se puso a preparar el chocolate. Hizo simples bombones de chocolate para el resto de la tripulación, los metió en bolsitas con el mismo número de bombones en cada uno; no quería oír ninguna disputa aquel día. Y se dispuso a hacer su chocolate.

Debía admitirlo, no era la mejor cocinera del mundo; desde luego jamás alcanzaría a Undhu en su nivel de guisado y sobre todo a su bullabesa1. Pero debía admitir, que de repostería sabía un rato. Por lo que separó los ingredientes: hizo una tanda de bombones rellenos de (futa favorita) los cuales los bañó en una crema amarilla, otros con menta, los cuales los bañó de color azul y los últimos, rellenos de chocolate negro, les puso de color naranja. El hecho de ponerles colores era poder diferenciarlos, cuando lo tuvo todo listo, dejó sus dulces metidos en un bote de cristal, bien tapados y los guardó en la nevera. Antes de darles los suyos a la tripulación decidió poner una nota de aviso en el reverso de la tapa, para que ninguna otra persona los cogiese.

Salió de la cocina y a cada uno de los tripulantes les dio su respectiva bolsita y les reunió para avisarles.

—Chicos—llamó (Nombre) crujiéndose los nudillos para demostrar que iba en serio—. Si osáis a coger alguno de mis chocolates, os mataré. Son importantes, no los toquéis.

(M/a) y Undhu, quien ya conocían a (Nombre) desde hace tiempo asintieron encogiéndose de hombros, pero en cambio, a Abe, el médico, le pareció extraño que (Nombre) tuviese un sentimiento tan protector por unos simples chocolates. Pero de igual manera aceptó sus condiciones asintiendo, aun así, preguntándose por qué la chica tenía tanto afán porque nadie tocase sus dulces.

Después de comer un buen plato de cerdo "jerk"2, (Nombre) estuvo paseando por las calles de uno de los poblados; aunque no era realmente una persona romántica, pues al fin y al cabo sobrevivía robando a otras personas y con ese trabajo uno no podía tener una buena imagen y mucho menos una relación amorosa que no implicase o ya fuese un encarcelamiento o un derramamiento de sangre. Le pareció realmente curioso el ambiente que tenía aquel pueblo, empalagoso, sin duda. Y eso que le gustaban los dulces. Pero aquella noche estaba segura que iba a tener un buen fin de San Valentín. De hecho, prefería estar sola que mal acompañada.

Runaway [One Piece]Where stories live. Discover now