Cómo perderse en el desierto

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¡Hola! Siento no haber podido actualizado ayer, pero es que no estuve en casa en todo el día. Pero hoy os traigo nuevo capítulo. (Aplausos). Espero que lo disfrutéis. Y como siempre: ¡comentad!


A ver, para empezar no tenía tan mala orientación. El único problema es que teniendo un terreno especialmente grande sin calles o árboles donde fijar su mirada para tener un punto de referencia no sabía situarse. Pero eso no era todo, lo peor era sin duda el calor.

Hacía un par de días habían llegado a una isla casi desértica donde se decía que había una ciudad muy próspera, similar a Alabasta, pero en el Nuevo Mundo. Esta isla era un poco más pequeña y no tenía tantas ciudades, aunque un desierto infinito sí. Debía admitir de una vez por todas que se encontraba perdida, sus compañeros habían desaparecido desde hacía un buen rato y no veía rastro de ninguno. Y encima el camello se lo había quedado (m/a), por lo que tenía que ir andando hasta... Bueno hasta que encontrase un pueblo o se muriese de deshidratación. Lo que primero pasase antes.

Podía guiarse con el sol, pero eso era irrelevante ya que desconocía la ubicación de la ciudad porque el mapa lo tenía Abe. Se pasó una mano sudorosa por la frente secándose el sudor, y tiró de su keffiyeh para que su cuello se airease. Con suerte habían comprado la ropa necesaria para andar por el desierto. Aun así, estaba segura que le daría una insolación. A cada paso que daba, el sonido de las monedas que guardaba en su monedero tintineaban recordándole que en cuanto llegase al pueblo podría beberse un tonel de agua ella solita, lo cual le animaba a continuar andando.

Entrecerró los ojos y colocó una mano por encima de sus cejas para que el sol no le diese directamente en ellos, entre las ondulaciones del aire caliente pudo divisar unas estructuras que se alzaban por el cielo. Parecía una ciudad, tomó una bocanada de aire ardiente y apretó el paso. No estaba segura si había sucumbido ya a las alucinaciones, pero no importaba llegar hasta allí y luego que no hubiese nada, pues se encontraría en la misma situación que ahora.

Tardó mucho en llegar, no supo cuánto, pero el sol estaba en su cénit por lo que el calor era todavía más intenso que antes, arrastrando los pies con cansancio llegó hasta lo que parecía ser una ciudad en medio del desierto. Tiró con cansancio de las esquinas de sus labios para formar una sonrisa, y se aseguró de aquella visión era real y no era producto de la deshidratación. Palpó uno de las paredes de los edificios y retiró la mano ipso facto al notar como el muro ardía, se miró la mano enrojecida, y alzó la mirada para encontrarse una gran número de edificios blancos. Personas de piel morena iban y venían hablando jovialmente como si aquel calor infernal no existiese, (Nombre) era de lugares frescos, había nacido en un valle de la montaña, no muy lejos del mar.

Ella se pasó una mano por la cara intentando despejar su mente adormecida y buscar un lugar donde le proporcionasen agua para aliviar la sequedad de su boca y garganta. Con un resoplido comenzó a andar por las calles mirando a todos los edificios hasta que halló en uno de estos el cartel de bar. Entró con los pies a rastras, cuando empujó la puerta escuchó el tintineo de una campanita que avisaba que un nuevo cliente acababa de entrar. El bar-restaurante era bastante grande, al fondo había una barra de madera donde se encontraba el dueño del lugar, o al menos eso supuso, las paredes eran blancas y turquesas así dando una sensación de frescor al local. Las mesas y sillas estaban repartidas azarosamente por el lugar, había pocas personas, por lo que supuso que todavía no era la hora de comer.

Con un quejido se acercó a la barra y se sentó en un taburete, se quitó el keffiyeh, y pidió un vaso de agua. El hombre la miró de arriba abajo identificándola como una turista, su cabello estaba recogido en un moño sujetado por una horquilla dorada de un escarabajo rinoceronte, sus ropas sorprendentemente eran las adecuadas para ir al desierto, en tonos blancos y (color favorito). Le tendió lo que ella había pedido y asombrosamente se lo tomó con calma.

Runaway [One Piece]Where stories live. Discover now