3. Forget it.

599 32 4
                                    

—¿Y la besaste? —susurró Cal disimiladamente para que la Profesora de literatura no lo escuchara.
—¡No! Claro que no —respondí con el mismo tono y fulminandolo con la mirada.
—¿Por qué no? Así saldrías de dudas, amigo.
—¿Cual duda? —lo miré entrecerrando los ojos.
—Pues cuando se besen sabrás sí te gusta o no —respondió con un tono de obviedad.
—¿Qué? —me sobresalté.
—Hemmings, guarde silencio —pidió la Profesora, ya que hable un poco fuerte.

Presioné mis labios formando una línea. Guardé silencio y la clase continuó. Claramente no puse atención por estar pensando en las estupideces que Calum había dicho.

El día anterior terminó siendo incómodo por el comentario que le hice a Nessie sobre que yo besaba mucho mejor que su novio. No conozco al tipo, pero no creo que tenga más experiencia que yo. ¿O sí? No me había puesto a pensar en su edad...
Ese no era el punto. Lo que debía hacer era disculparme con ella por mi comportamiento; ya que su madre había llegado y decidí huir como un cobarde.

+

Las clases terminaron y me apresuré a salir para encontrar a  Ness antes de que se fuera. Como no la veía por ningún lado, y tampoco a alguno de sus compañeros, decidí esperarla  cerca de su casillero. Me recargué en éste y me cruce de brazos.

Estaba mirando hacia la salida cuando noté que se detuvo frente a mí.
Me enderecé y me aparté del casillero para que guardara sus libros. Me dió la espalda y pensé en como empezar. No tenía idea de qué decirle. Dio media vuelta y me miró esperando a que hablará.

Cruzó sus brazos alrededor de su estómago, y arqueó su ceja izquierda—. ¿Necesitas algo?
Asentí, con mis manos en los bolsillos de mis jeans—. Yo... —aclaré mi garganta—. Quiero disculparme por como me comporté contigo ayer.
Deesvió la mirada y asistió—. Está bien.
—Sé que odias que sea un engreido, y más cuando lo soy contigo; pero hay ocasiones en que no puedo evitar serlo, ¿comprendes?
Me miró seriamente—. Creí que ya habías logrado dejar de ser así. Al menos conmigo.
—Ya no soy así. Es sólo que... No se qué pasó conmigo ayer. Las palabras salieron solas. No pensé antes de hablar, Ness —me acerqué un poco a ella y acaricié su mejilla—. ¿Me perdonas?
Puso los ojos en blanco—. No hagas esa carita tierna.
—¿Cuál? —volví a hacerla.
—Te odio, Luke Hemmings —me abrazó rodeando mi cuello y yo rodeé su cintura fuertemente.
—¿Lo olvidamos?
—Olvidado —susurró en mi oído y besó mi mejilla haciéndome sonreír.

+

Estábamos en casa de Ness, me había invitado a comer y yo acepté contento. Llamé a mamá para avisarle y ella estuvo de acuerdo.

—Gracias por la comida, señora Gilmore.
—Gracias a ti por acompañarnos, Luke —sonrió amablemente y ayudé a Ness a limpiar la mesa.
—Espérame en la sala, lavaré los trastes.
—Mejor te espero aquí —le guiñé un ojo, ella crió levemente y asintió para después comenzar a lavar los platos sucios.

Mi celular comenzó a sonar.
Al ver que era Wen quién llamaba, me alejé de Nessie lo suficiente como para que no escuchara mi conversación.

—Hola, cariño.
—Hola, amor —respondió coquetamente y reí bajito recargado en el marco de la puerta de la cocina—. ¿Estás ocupado? Tengo ganas de verte.
—Ahm... —miré a Ness que secaba  sus manos al terminar de lavar. Desvié la mirada—. Hoy no puedo, estoy con los chicos.
—Oh. ¿Entonces mañana?
Pensé por un momento—. De acuerdo. Pasaré por ti cuando salgas del colegio.
—Perfecto. Hasta mañana, Luke.
—Sí...
Y terminé la llamada rápidamente al ver a Ness a mi lado.

—¿Wendy? —me miró divertida.
—No —mentí—. Michael.
—Oh, hace tiempo que no veo a ese chico, me hubieras dicho que era él para saludarlo.
Rodeé sus hombros con mi brazo mientras caminábamos a la sala de su casa—. Sí bueno, en otra ocasión será.
Sonrió—. ¿Qué tienes, por qué estás tan serio?
—Por nada, oye —fruncí el ceño—, nunca me has dicho que edad tiene Max.
Apretó los labios—.  ¿En serio? —rascó su cabeza y gracias a eso noté que se puso nerviosa.
—Ajá, creo que de todo lo que me cuentas, has olvidado esa parte. Sé que lo conociste en la fiesta de una de tus amigas, los presentaron y todo eso...
—Sí... Creo que ya te lo había dicho. Lo has de haber olvidado —dijo con la mirada baja, jugando con las puntas de su cabello castaño. Otra de las cosas que hacía por causa de los nervios o cuando mentía.
—Sabes bien que no me lo has dicho.
—Bueno, la edad no es muy importante, ¿sabes?
Negué con la cabeza al no estar convencido con su respuesta.

Si ella no me lo decía, yo mismo lo investigaré.

Everywhere You Go + Luke HemmingsWhere stories live. Discover now