Everywhere You Go + Luke Hemmings

19. You're Not Alone.

 Luke>

Después de la pelea de anoche -la cual prefiero no contar el final-, Jersey me trajo a casa sin decir una sola palabra en todo el camino. Estaba muy molesta conmigo por haberme comportado como un patán y ni siquiera yo entiendo por qué me comporté así.

Ya ha amanecido y el dolor en mi cuerpo seguía; mi madre me había castigado luego de enterarse de lo que pasó. Así que, allí estaba yo; sentado cerca de la ventana mirando hacia afuera. No tenía pensado ir a la escuela y si mi madre se entera, me matará.

No estaba seguro de lo que había pasado ayer. No sabía si Ness se apareció en la fiesta, no sabía si había visto al estúpido de Max besar a esa chica y tampoco sabía si debía decírselo. La ultima vez que intenté decirle que su novio la engañaba, casi termina dejandome de hablar, y no quiero que eso suceda de nuevo. Además, no tengo pruebas para que ella crea lo que le digo. Ni siquiera podría comprobar que él fue quien me golpeó. Que fastidio.

Mi celular vibró en la cama; me estiré para agarrarlo y contesté.

—¿Hola?

—Hey, tienes que venir, es una emergencia.

—¿Jersey? —pregunté confundido. Su voz sonaba muy nerviosa.

—¡Date prisa! Nessie se desmayó y no se que hacer... Por favor, Luke. Estamos en la universidad.

—Ok, voy para allá, tranquilizate —pedí y colgué. Me cambié de ropa lo mas rápido que pude y salí de la casa.

El bus iba a demorar demasiado, así que tome un taxi y le di la dirección. Cuando llegué, saqué un par de billetes que por suerte traía en mi pantalón, se los entregué al señor y bajé del taxi.

Llamé a Jersey para saber en que parte estaban y me dirigí a la enfermería después de preguntar a varias personas en donde estaba.

Jersey estaba afuera, mordiéndose las uñas y cuando me vio se relajó un poco.

—¿Qué fue lo que pasó?

—No lo sé, de repente la encontré y estaba muy pálida, la ayudé a sentarse en una banca y se desmayó.

—¿Está dentro? —señalé la puerta que estaba detrás de ella.

Asintió—. Nos dejarán pasar cuando terminen de revisarla.

—Bien... Gracias por llamarme.

—Lo hice porque ella no quería que llamara a su madre, y... No se me ocurrió a quien más llamar —respondió con indiferencia.

—¿Aun no me perdonas? —me ignoró— ¿hasta cuando?

Jers no respondió, la puerta se abrió y ambos volteamos.

—Ya pueden pasar, pero sólo uno a la vez —dijo la enfermera.

—Entra tú, yo tengo que ir a hacer mi examen.

—Mucha suerte, y gracias, otra vez —hice media sonrisa y ella sólo rodó los ojos.

(...)

La seriedad de Nessie me preocupaba. Casi no sonreía, me respondía de una manera muy fría e indiferente y me estaba cansando.

Cuando subimos al autobús y me di cuenta de que se había sentado con otra persona me desorienté. ¿Qué hice para que se molestara conmigo?

Se levantó del asiento y pidió la parada muy lejos de llegar a su casa. Guardé mi celular en mis jeans y la seguí.

—¡Ness, detente! —grité tratando de que parara.

Dejó de caminar y dio media vuelta, mirándome furiosa.