Capítulo #14

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— ¿Quieres a tu padre?

—Claro que sí—respondo muy seria — ¿por qué lo preguntas?

—Curiosidad—mira el suelo y se mete las manos en los bolsillos.

—Eres raro, ¿lo sabías?

—Me gusta ser diferente—dice sonriéndome.

—Yo no dije que fueras diferente—contrataco.

—Como tú digas—se rinde.

Da un paso en mi dirección y me mira fijamente con una sonrisa que se asoma por sus labios.

— ¿Qué haces?

—Mmm, tu olor es embriagador, ¿sabías? —dice a centímetros de mí, roza la punta de su nariz en mi cuello. Mi piel se eriza al instante y él de inmediato lo nota—me gusta provocar esto en ti—un suave beso acaricia la piel de mi cuello estremeciéndome. Se separa—necesito llamar a un taxi para que venga y nos lleve a la casa de mi abuela—eleva su celular en el aire y después lo atrapa—debe estar por aquí—dice a sí mismo mientras busca el contacto en la agenda de su móvil.

Mientras Andrés realiza la llamada, opto por ir a sentarme en la acera que se encuentra junto a la carretera. Observo un árbol que está al frente, sería un bueno que lo dibujara en algún momento, pero creo que hoy no será el día.

[ . . . ]

—Entonces aquí vives—camino hacia la casa.

—Por el momento.

— ¿Te vas a ir?

—No lo sé, ¿te acuerdas de la llamada que recibí cuando veníamos en el taxi?

—Sí.

Hace unos minutos cuando nos encontrábamos en el taxi, Andrés recibió una llamada. Escuché muy poco de la conversación, pero lo que sé, es que después de esa llamada, Andrés ha estado más serio

—Era mi tío, me dijo que Adam, quiere que vuelva a trabajar con él.

— ¿Tú trabajabas para tu padre?—pregunto vacilando, mientras pateo con mi pie una pequeña roca que se encontraba en el camino.

—Sí—susurra.

— ¿Tú no eres un poco joven para trabajar? —pregunto. —Además, por lo que tengo entendido, a ti no te agrada en lo absoluto tu padre—dejo de caminar para mirarle a los ojos.

—Número uno—dice—puede que para ti lo sea, pero para mi padre no, desde que tengo quince años trabajo con mi padre o trabajaba—me dedica una mirada, trato de descifrar lo que esos ojos esconden, pero no lo logro—es muy exigente.

—Creo que fue injusto que hiciera eso contigo, ¿cómo lograbas estudiar?, me imagino que no podías por el trabajo.

—Te equivocas, mi padre pagó a profesores para que me dieran clases privadas en mi casa—hace una mueca—los cuales eran muy amargados, no le digas a nadie pero—se ríe bajito de una forma encantadora—a uno de mis profesores les hice una broma, ¿sabes cuál fue?

After Meeting You.Where stories live. Discover now