After Meeting You.

Capítulo #28

—Bueno más bien es un chocolate —explica —te parece si nos sentamos en ese pollito —pregunta mientras señala la mesita.

No respondo pero camino hacia ella.

Al sentarme un suspiro sale de mis labios, lo miro sentarse en el otro extremo del pollito. Un silencio nos invade, y la brisa se hace presente. Andrés se traslada al lugar donde me encuentro, sus manos suben hasta mis mejillas acunándolas.

—Te quiero —susurra, seguido mira el suelo con una media sonrisa.

Levanto su barbilla con mis dedos para que me mire.

—Y yo a ti —Le ofrezco una sonrisa sincera y tomando la iniciativa, lo beso.

De una forma en la que casi nunca lo hacemos, tierna y sin prisa, disfrutando del sabor de nuestros labios, sin pensar en nada más que nosotros, sin lujuria, lo único que contiene este beso es amor.

—Oigan ustedes, ositos cariñositos —me separo y abro mis ojos.

—Es que no ves que estamos ocupados —dice molesto Andrés que por cierto está muy sonrojado.

—Lester los llama —grita desde la entrada Jack y luego entra a la casa ignorando totalmente al castaño.

—Algunas veces deseo asesinarlo —añade frustrado.

— ¿Estas sonrojado? —Se sonroja aún más.

—Mmm, n-no —murmura y se levanta —es el frio.

—Sí, claro —digo sarcástica, me da la mano y nos encaminamos a la casa.

Al entrar Lester se acerca a nosotros.

—Perdón, por la vara que acaba de pasar —se pasa una mano por detrás de su cabeza —Mónica acaba de cortar con su novia y bueno al parecer está muy pasada de birras.

—Mmm, aun así creo que no debió besar a Samantha —contesta Andrés.

—Si ya lo sé, pero la mujer esta despechada y al parecer le gusto tu novia así que decidió besarla —responde Lester.

—Ya deja a la hembra ella solo esta despechada —justifica Jack.

Los miro sin decir nada y tomo la mano de Andrés que en algún momento solté al entrar.

El castaño me mira de reojo y me da un apretón en mi mano.

—Bueno, pero ese no es ningún motivo por el cual debió hacer eso Mónica —sostiene Andrés y se da la vuelta para salir del lugar.

—Tranquilo, no es para tanto —suspiro cansado.

—Sí, lo es, Mónica no puede andar besando a cualquier persona que se le cruce —niega con su cabeza y se cruza de brazos.

—Corrección, no a cualquier mujer —una risita sale de mis labios.

—Me encanta cuando ríes así —se sonroja y evita mi mirada.

—Y a mí me encanta cuando te sonrojas —sonríe de lado y me mira con una ceja levantada.

—A mí me encanta sonrojarte esos cachetones que tienes —acuna mi rostros en sus manos y me da un corto beso en mis labios —si alguien me escuchara vomitaría arco iris —mira a todos lados cerciorándose de que nadie lo hubiese escuchado.

—No seas dramático —le pego un manotazo por su pecho en modo de juego.

— ¿Me agrediste? —Dice fingiendo estar dolido —te iba a llevar a un lugar —de la vuelta dándome la espalda —pero ya no te llevare —empieza a caminar a su auto.