Capítulo #18

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Cada vez que volteo mi rostro hacia donde se encuentra Andrés, mi corazón muy acelerado se hace presente. Esto me hace pensar que puede provocarme cosas sin siquiera tener contacto. Cada vez me asusto más por lo que siento cuando estoy cerca del castaño.

El entrelazar nuestros dedos, es algo que no se supera con nada, me siento tranquila, y plena cuando hablo con él.

No puedo decir que no me siento nerviosa cuando estoy con Andrés. Es tan confuso, son tantas emociones juntas, pero me siento bien, de una forma inigualable, "completa", podría ser la palabra. Puede ser tonto o raro que una persona te haga sentir todas esas emociones en tan poco tiempo de conocerte.

— ¿En qué piensas?

—Mmm, nada—miro la por la ventana ocultando mi rostro.

—Estás muy callada desde que nos subimos al auto—me mira de reojo y rápidamente regresa su vista a la carretera.

—Solo disfruto del hermoso paisaje—sonrío de lado y agacho mi cabeza.

—Sí, el hermoso paisaje, ¿a quién engañas? Estabas toda embobada viéndolo, y dices que disfrutabas el hermoso paisaje. Será el hermoso paisaje que está junto a ti—dice una pequeña voz en mi cabeza.

Creo que me estoy volviendo loca.

—Es bonito—suelta una mano del volante y la acerca a la mía para luego entrelazar nuestros dedos—espero que de verdad te guste a donde te voy a llevar.

[ . . . ]

— ¿Estamos cerca? —los minutos se me han hecho eternos, apenas llevamos veinte minutos, pero ya estoy impaciente.

—Sí, estamos por llegar pequeña.

—Bueno.

Observo las olas chocar contra la orilla de la playa, estamos muy cerca del mar. De pronto, el coche entra por una pequeña calle que lleva a la playa, miro de reojo al castaño y que esboza una hermosa sonrisa, como si lo que estuviera observando era lo que quería.

— ¿Por qué vinimos aquí? —frunzo el ceño, cuando veo bajar del auto a Andrés.

Se acerca a la puerta de copiloto y la abre, bajo del automóvil para después juntar nuestras manos.

— ¿Dónde esperabas que te llevara, a un restaurante? —dice en forma irónica.

Me quedo en silencio, no quiero abrir mi bocaza para decir algo.

—Samantha—me llama el castaño—tu mereces más que una simple cena en un restaurante, ¿no crees? Prefiero una cena solo para nosotros dos solos bajo la luz de la luna sin formalidades, ni rodeados de gente.

—Es que, yo escuché decir sobre una reservación en un restaurante, y asumí que... —agacho mi cabeza y dejo la respuesta en el aire.

—Samantha, esa reservación era para un amigo que me pidió un favor que le debía—escucho una risita salir de sus labios, le miro y me guiña un ojo.

—Aquí no es, tenemos que caminar un poco, pero creo que tus tacones no van a ser muy cómodos para caminar sobre la arena así que, tendré... —le miro confundida por lo que quiere decir.

After Meeting You.Where stories live. Discover now