After Meeting You.

Capítulo #15

Los minutos pasan y sigo pensado en una pregunta que valga la pena, observo el paisaje nocturno que se asoma por la ventana.

— ¿Y bien?... —susurra Andrés desde el otro asiento.

—Déjame pensar, recuerdo que te escuché decir que tenía todo mi tiempo para formular las preguntas, es más, mientras pienso en ellas, ¿por qué no me preguntas la que te corresponde y dejas de presionarme?

—Ok te dejaré pensar un rato más.

[ . . . ]

Desvío la mirada de la ventana y la dirijo a la bella imagen del chico que está frente al volante. Por alguna razón, se le ve tan bien, mientras mira relajado la carretera.

¿Por qué está él?, el que me roba el aliento cada vez que dice cosas totalmente ciertas y cautivadoras, además de ser interesante, malditamente atractivo, me hablo a mí y no a otra chica, ¿por qué yo?

— ¿Andrés?

—Ohm... —dice con voz perezosa.

— ¿Por qué yo?, es decir, ¿qué fue lo que te llamó la atención de mí, para que te animaras a hablarme?

—Bueno, tú fuiste la que me habló en primer lugar, la pregunta seria, "¿por qué te respondí?" —me mira de reojo y me dedica una sonrisa arrogante.

Le miro seria y él se vuelve a concentrar en la carretera.

—Sabes, nunca había pensado en ello, pero ya que se dio la pregunta. Cuando mi abuela me dijo que debía ir a ese colegio creí que me estaba haciendo una broma, pero luego lo pensé bien, y dije «será una nueva distracción», ya sabes, problemas o cosas que algunas veces, o en mi caso, siempre andan rondando en mi mente, que no son muy agradables por así decirlo. El día en que te vi en el autobús por primera vez, pensé «linda chica», siendo franco, no vi nada especial en ti, ni mucho menos te vi algo que me llamara la atención, en dicho momento.

—Entonces, no tengo nada especial —digo con la voz apagada.

¿Qué esperabas que te dijera? ¿Qué le encantabas y que eras súper interesante, que poses diversas cualidades que a él le gustan? ¡Samantha, abre los ojos, él lo único que quiere conseguir es aprovecharse de ti!

— ¡NO!—digo mientras pienso en lo que me dijo la voz en mi cabeza. No puede ser cierto, o ¿sí?, no, no, no, déjalo estar Sam.

— ¿Qué pasa? —dice Andrés con voz alarmada.

—No, nada, solo estaba imaginando algo, y fue muy desagradable.

—Ok, creo que deberíamos parar por un momento, necesito hablar contigo seriamente, hablar mientras conduces no es muy cómodo.

La camioneta poco a poco pierde su velocidad y se va aparcando a un lado de la autopista, cerca de unos árboles.

Volteo a mirar a Andrés, pero él ya se ha bajado de la camioneta. En un acto de reflejo intento abrir la puerta, pero noto a Andrés apresurado que la abre y me tiende una mano, la tomo sin pensarlo. De inmediato noto un cosquilleo que me recorre el cuerpo.

—Creo que no has entendido una cosa, o más bien, no me has dejado terminar de decir la respuesta a tu pregunta —Me observa con semblante serio.