After Meeting You.

Capítulo #29

Termina de hacer el sándwich y me rodea sin mirarme. Lo sigo hasta el sillón y me siento junto a él.

— ¿A qué horas quieres estar donde tus padres? —Le da un mordisco al sándwich.

Bajo la mirada y noto un bulto en su entrepierna.

—Yo... —sonrío como tonta y subo la mirada hasta sus ojos —yo, ehm... —me callo.

Observo que deja su comida en un plato sobre la mesita que se encuentra justo al frente de nosotros. Para luego tomar un cojín y ponerlo encima de su entrepierna ocultando su erección.

—P-perdón —tartamudea y se sonroja —es solo que hace unos minutos atrás... —me mira con sus mejillas completamente sonrojadas —nos emocionamos demasiado.

Un silencio nos invade, que por cierto es bastante incómodo.

—Está bien —susurro —creo que es algo normal —dejo de mirarlo.

—Yo creo que debería ir a darme una ducha fría —se levanta —si quieres puedes comértelo —dice refiriéndose al sándwich y se va a la habitación.

Un gruñido de mi estómago hace que agarre el sándwich y me lo coma en unos cuantos minutos.

Me levanto del sillón y camino a la habitación, veo salir del baño a Andrés con una toalla alrededor de su cintura, pero está completamente seco.

Bajo la mirada aún más y noto un gran bulto, desvío mi mirada inmediatamente.

—Lo siento es que se me olvido el bóxer —dice y sonríe avergonzado.

—Esto es como un deja vu —digo sin siquiera pensar en lo que acabo de decir.

—En realidad si —confirma —solo que yo era el que estaba con ropa.

—Cierto —me acerco a él — y tú me querías quitar la toalla que yo llevaba puesta —le dedico una sonrisa falsa.

Termino de acercarme tanto que siento su respiración chocar contra mi.

—También recuerdo que no estaba tan deseoso de ti como ahora —se muerde el labio inferior y mira mi boca jadeante.

—Y-yo —me callo —no sé qué decir —concluyo.

—Entonces no digas nada —dice rodeándome con sus brazos por la cintura.

Sin verlo venir sus labios chocan contra los míos, camino hacia atrás guiada por Andrés y caigo suavemente en la cama, noto que me observa como un depredador a su presa.

—Te quiero —dice y se coloca entre mis piernas de la parte de su cintura para abajo.

—Y yo a ti —Lo miro directamente a los ojos los cuales en este momento lo único que reflejan es deseo.

Me da un beso casto y luego empieza a besar mi cuello, de un momento a otro siento como empuja su entrepierna contra la mía, provocando que me estremezca.

—An... —gimo y cierro mis ojos rindiéndome a sus caricias.

—Dime —deja de besarme y siento su mirada.

Abro los ojos y choco con los de él.

—Deber... —vuelve a empujar.

El muy maldito sabe lo que provoca.

Bajo la mirada y observo donde justamente donde se rozan nuestros cuerpos, miro la toalla y noto que está a punto de caer.

—No sabes cuánto te deseo —susurra en mi oído, haciendo que mi cuerpo sienta como una corriente eléctrica pasa por él.