After Meeting You.

Extra.

Suspiro al dar un paso dentro del colegio, sin opción sigo caminando hasta el aula en la que me dan lecciones de biología, observo a algunas personas fuera de clases, no les doy más importancia y entro al aula.

—Mm Samantha —dice inmediatamente el viejo profesor con voz tan ronca que hasta a mí me dan ganas de toser.

Asiento sin voltearlo a ver y me siento en uno de los últimos pupitres que había disponibles.

Alzo la mirada hacia la pizarra y frunzo el ceño al notar la mirada enojada dirigida hacia mí del profesor.

—Ya lo he dicho muchas veces, señorita Samantha —Se cruza de brazos— si no les interesa la clase, la puerta está abierta —Señala la puerta con su mano y toma un montón de papeles.

—Ajá —Volteo la mirada hacia mi derecha y noto a un chico nuevo observándome— ¿Qué miras? —Noto como se me revuelve algo en mi estómago al quedarme fijamente viéndolo a los ojos.

—N-nada —Voltea su mirada hacia el profesor.

[...]

Apenas termina la clase salgo y miro mi teléfono esperando un mensaje.

«Nada —Pienso»

Camino hasta la siguiente clase y me quedo afuera esperando a que abran el aula. Me recuesto de espaldas y apoyo un pie en la pared, miro a los dos lados y me cruzo de brazos.

—¿En esta aula nos darán la siguiente lección? —dice con voz firme el chico nuevo.

Asiento y cierro mis ojos mientras doy un largo bostezo.

—Me llamo Andr... —Lo interrumpo.

—¿Y a mí qué? —Abro mis ojos y le miro seria— No me importa en lo absoluto.

—¿Sabes? —Me mira con una ceja en alto— tratar a las personas de una forma más amable también es bueno —Me guiña un ojo.

—Como digas —Lo ignoro y tomo mi celular para revisarlo.

«Mierda —Pienso»

Salgo corriendo y veo que mi amiga Sara viene caminando.

—Hey —Paro de correr— ¿puedes tomar apuntes de la clase?

—Claro Sam, ¿qué pasa? —Me mira preocupada.

—Mi hermano otra vez —Suspiro y salgo corriendo.

[...]

Entro a la escuela corriendo lo más que puedo y veo sentado en una silla a mi hermano mientras me sonríe.

—¡Hemanita! —Me abraza fuerte.

No puedo evitar sonreír.

—Lo siento, mamá no pudo venir —Tomo el bolso que carga en su espalda para llevarlo en una mano y con la otra tomarlo de la mano.

—No ipota —Sonrío— cuando venes tú es más divetido.

—Mmm bueno —Camino hacia casa.

—Hemanita quelo helao —Señala una heladería.

No respondo y cambio mi rumbo hasta la heladería.

[...]

Bostezo y apago la alarma de mi celular, salgo de la cama a regañadientes y llego hasta la ducha media dormida.

Respiro profundo cuando abro la ducha y el agua empieza acariciar mi cuerpo. Me quedo pensando en la razón de que papá no haya ido estos días a buscar a mi hermano.