5. Frente a frente

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FLASHBACK. Año 2011.

Habían pasado ya 6 años desde que David y Chenoa se separaron. David acababa de hacer pública su separación de Elena Tablada. En todos estos años no habían tenido relación. Habían coincidido en algún acto y poco más. Lo que Chenoa no sabía era que David la había visto en Miami tres años atrás, aunque decidió no acercarse. David llevaba unos años con su amor por Chenoa en silencio. A pesar de todo lo que pasó nunca dejó de quererla y escribió varias de sus canciones pensando en ella. Llegó el día en el que ambos actuaron en Lorca. Iban caminando por detrás del escenario y ambos iban mirando el teléfono y con la cabeza hacia abajo hasta que chocaron. 

- David: perdón (levantó la cabeza). La... la... laura...

- Chenoa: David...

- David: ¿eee... estás bien?

- Chenoa: ehhh... Sí, sí. Es que iba distraída con el teléfono y no te he visto.

- David: sí, me ha pasado lo mismo.

- Asistente: David, te toca.

- David: ya voy. Bueno, Laura, hasta luego.

- Chenoa: adiós.

David salió a cantar y dijo que las canciones se las dedicaba a sus compañeros, aunque en realidad se las dedicaba especialmente a Chenoa. Cuando la gala terminó David se armó de valor y decidió ir a buscarla. Necesitaba hablar con ella y aclararle las cosas. Se la encontró justo al salir del camerino. La agarró del brazo y la metió dentro.

- Chenoa: David... ¿Qué haces?

- David: perdón que te haya traído así. Necesito hablar contigo.

- Chenoa: yo no tengo nada que hablar contigo.

- David: bueno, tú no pero yo sí.

- Chenoa: muy bien, pero yo no quiero escucharte.

- David: por favor.

- Chenoa: mira, no sé qué me quieres decir pero creo que a estas alturas no tiene sentido.

- David: es que sí lo tiene.

Chenoa se acercó a la puerta y agarró la manilla para abrirla y salir. En ese momento David la volvió a agarrar del brazo.

- David: Laura, por favor.

- Chenoa: David, suéltame. No quiero hablar contigo.

- David: está bien. Puedes irte. Pero una cosa sí te voy a decir. Esto no se acaba aquí.

Chenoa salió del camerino dejando dentro a David. Pasaron unas semanas y David había intentado hablar con ella llamándola por teléfono pero nunca obtuvo respuesta. Decidió entonces ir un paso más allá. Llamó a Rosa por teléfono.

- David: hola, Rosa.

- Rosa: hombre, David. ¿Qué tal?

- David: pues no muy bien, la verdad. Ya sabes...

- Rosa: sí... Bueno, sabes que cualquier cosa que necesites cuentas conmigo, ¿verdad?

- David: sí, lo sé. Muchas gracias. Oye, necesito tu ayuda.

- Rosa: ¿para qué?

- David: necesito que me digas donde vive Laura.

- Rosa: ¿qué?

- David: sí. Necesito hablar con ella. Llevo semanas intentándolo pero no me quiere escuchar.

- Rosa: ya lo sé. Me ha contado lo que pasó en Lorca y que la has estado llamando.

- David: de verdad que es importante y es necesario. Creo que es hora de aclarar muchas cosas.

- Rosa: David, si se entera me mata.

- David: no te preocupes. Ya veré que me invento. Por favor...

- Rosa: está bien. Te voy a dar su dirección solo si me prometes dos cosas.

- David: lo que quieras.

- Rosa: que no le vas a decir que te he dicho yo donde vive y que no vas a hacerla daño.

- David: prometido. Lo que menos quiero es que lo pase mal por mi culpa. Solo quiero aclarar con ella cosas que creo que es necesario que hablemos. Es más, tendríamos que haberlas hablado hace mucho.

Rosa le dio a David la dirección de Chenoa y el fue a buscarla. Se "camufló" para que nadie le reconociera. Llamó al timbre de otro vecino en el portal y dijo con otra voz que era el cartero. Después subió las escaleras hasta que llegó finalmente a la puerta del piso de Chenoa. Le invadieron los nervios pero finalmente se decidió a tocar el timbre. Chenoa lo escuchó y abrió la puerta. Se quedó boquiabierta al verlo ahí. Es más, al principio no le había reconocido.

- Chenoa: ¿David?

- David: sí, aunque no lo parezca soy yo.

- Chenoa: ¿se puede saber qué haces aquí? ¿Cómo has sabido dónde vivo? ¿Y si alguien te ve?

- David: Si te parece te respondo de una en una. Pero creo que no es muy buena idea hacerlo  aquí fuera en el pasillo, ¿no?

- Chenoa: pasa...

David entró al piso mientras Chenoa cerraba la puerta. Llegaron hasta la sala y allí estaba Shirly, la perrita que David le había regalado cuando estaban juntos. Shirly se acercó a David en cuanto lo vio. A pesar del tiempo le reconoció al instante. David se puso a jugar con ella.

- Chenoa: vaya... Parece que se acuerda de ti...

- David: pues sí, eso parece. Bueno, te contesto a las preguntas. Primero, nadie me ha visto y si me vieran no me reconocerían porque te ha costado hasta a ti. Segundo, no es difícil saber dónde vives. Tu portal ha salido mil veces en la tele. Es cuestión de investigar. Y tercero, vengo a hablar contigo. Te he estado llamando y mandando mensajes y nunca me has contestado. La última vez que te vi te avisé de que las cosas no se iban a quedar así.

- Chenoa: ¿no te cansas?

- David: cuando algo me interesa de verdad, no. Nunca.

- Chenoa: David, de verdad, te dije que no quería hablar contigo y por eso no te he contestado...

- David: ya. Y yo te dije que las cosas no se iban a quedar así y no se van a quedar así. Es más, te aviso que no pienso irme de aquí hasta que me escuches. Si me tengo que quedar aquí dos semanas, pues me quedo.

Chenoa era consciente de que ya no podía escapar más. Sabía lo cabezota que era David y veía que estaba completamente dispuesto a seguir insistiendo, así que decidió dejarle hablar.

- Chenoa: sé que no me queda otra opción, así que habla... Te escucho.


Hasta aquí este quinto capítulo. Espero que os guste. Gracias por los votos y los comentarios. Me animan mucho a seguir escribiendo. Como veis, esta historia va a tener flashbacks, que son necesarios para entender el resto. ¿Qué le dirá David a Chenoa? ¿Cómo reaccionará ella? 

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