25. Ayuda

659 43 15
                                    

Eran las 7 de la mañana y David y Chenoa dormían abrazados, ella con una camiseta de él. El despertador empezó a sonar. David abrió los ojos y lo apagó lo más rápido que pudo intentando que Chenoa no se despertará, pero fue en vano.

- David: shhh (mientras la acostaba sobre la almohada).

- Chenoa: ¿qué hora es?

- David: son las 7 todavía. Tengo que despertar a Ella y llevarla al cole. Tú quedate durmiendo un poco más. (Le dio un beso en la frente).

Chenoa le hizo caso y volvió a cerrar los ojos. David cogió todo lo que iba a necesitar sin hacer mucho ruido. Llevó la ropa al baño y lo demás a la sala. Después fue a la habitación de Ella.

- David: Ella, princesa, despierta.

- Ella: ¿ya?

- David: sí, mi vida. Hay que ir al cole.

David dejó a la niña vestirse mientras él hacia lo mismo. Después le hizo una coleta y colocó su mochila en el sofá de la sala. Llevó a Ella hasta la cocina y le hizo el desayuno.

- Ella: ¿y Laura?

- David: está durmiendo aun, es muy pronto. Habla bajito que no quiero que se despierte, ¿vale?

- Ella: Sí, papi. ¿Tú no desayunas? Hay que desayunar para empezar bien el día.

- David: sí, lo sé. Cuando vuelva de dejarte en el cole desayuno con Laura.

Después de desayunar y ver un rato los dibujos en la tele, David dejó a Ella en el colegio y volvió a casa. Entró con cuidado y subió a la habitación. Comprobó que Chenoa seguía todavía dormida. Se acercó despacio y se sentó en el borde de la cama a su lado.

- David: mi vida (la besó).

- Chenoa: umm. ¿Ya has vuelto?

- David: sí. Son ya las 9. Si quieres te dejo dormir un poco más. Venía a darte un beso porque me tengo que ir en nada a ensayar. Voy a desayunar algo primero, eso sí.

- Chenoa (estiró el brazo y encendió la luz de la mesita de noche): no, no. Desayuno contigo antes de que te vayas y ya luego me voy a casa. Me visto primero y bajo.

- David: me parece muy bien. Yo voy preparando el desayuno.

- Chenoa (le besó): oye, ¿Qué hago con la camiseta?

- David: déjala encima de la cama. Luego la guardo para la próxima vez que te quedes a dormir.

- Chenoa (riendo): vale.

David preparó un café para Chenoa y un té para él y tostadas para los dos.

- Chenoa (entrando por la puerta de la cocina): ummmm. Como huele...

- David: ¿has visto? Y no se me han quemado (rió).

Terminaron de desayunar y David miró el teléfono,

- David: uy madre. ¡Si son ya las 9:30! Y he quedado a las 10...

- Chenoa: no si a este paso llegas tarde (rió). Anda, tira, ya recojo yo todo esto.

- David: ¿puedo tener una novia más increíble? Antes de irme tengo que hacer algo importante.

- Chenoa: ¿qué?

- David: esto (se acercó y la besó. Segundos después se separaron). Ahora si me puedo ir. ¡Te amo! (Gritando mientras salía corriendo hacia el coche).

- Chenoa: ¡y yo a ti!

Chenoa recogió todo aquello y se fue a su piso. David llegó justo a tiempo a los ensayos. A la hora de comer decidió llamar a Ro para llevar a cabo su plan para el fin de semana.

- David: dime que estás en Madrid hoy o antes del viernes.

- Ro: hola. ¿Qué te pasa chiquillo? Buenas tardes o algo, ¿no? (Riendo).

- David: sí, perdón. Me pueden las ansias.

- Ro: no tengo ni idea de por qué me lo preguntas, pero sí, estoy en Madrid.

- David: ay, qué bien. ¿Estás ocupada o te puedo contar?

- Ro: cuenta, cuenta, que me muero de curiosidad.

- David: necesito tu ayuda.

- Ro: ¿y para que?

- David: una sorpresa para Laura.

- Ro: ¿qué sorpresa?

- David: este fin de semana quiero llevármela a nuestro lugar y quiero pedirle que sea mi novia. Ya sé que ya estamos juntos pero aun así quiero pedírselo en condiciones.

- Ro: ayyyy. Muero de amor. ¿Qué tengo que hacer?

- David: la idea es que ella no sepa nada. El viernes pasaré a recogerla y no le voy a decir ni nada. Como nos vamos el fin de semana entero, necesito que me consigas algo de ropa y eso sin que se entere y me la des para llevarla a la casa.

- Ro: cuenta con eso. En cuanto la tenga te aviso para dártela.

- David: gracias.

Ro decidió pasar por casa de Chenoa ese mismo día. Llegó con una maleta.

- Chenoa: ¿y esto?

- Ro: me voy de viaje en unas horas por trabajo.

- Chenoa: anda, mira que bien. ¿Quieres un café o unas galletas?

- Ro: ay, sí. Gracias. Mientras voy al baño.

Chenoa se fue a la cocina y mientras Ro fue a la habitación de Chenoa con la maleta. Cogió todo lo más rápido posible y lo metió dentro. Volvió a la sala y se sentó en el sofá. Afortunadamente Chenoa no había vuelto de la cocina. Segundos después apareció con la bandeja con los cafés y las galletas. Pasaron la tarde hablando entre amigas. Al salir de casa de Chenoa, Ro montó a su coche y llamó a David.

- Ro: misión cumplida.

- David: sí puedes venirte ya para aquí y dejármelo.

- Ro: ahora mismo salgo para allí.

Tras un rato conduciendo, Ro llegó a casa de David. Él enseguida le abrió la puerta.

- David: hola. Pasa.

- Ro: gracias. Bueno, pues aquí tienes. Con maleta y todo.

- David: muchas gracias. Te prometo que te la devuelvo en cuanto volvamos de allí.

Hasta aquí este capítulo. Espero que os guste. Gracias a todos por leerme, votar y comentar. Intentaré subir el próximo pronto.

Volver a empezarWhere stories live. Discover now