9. Juntos

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FLASHBACK. Año 2011. Continuación del capítulo 8.

Eran las 9 de la mañana y ya entraban por las ventanas los rayos del sol. David fue abriendo los ojos y lo primero que vio fue a Chenoa dormida abrazada a él. Comprobó entonces que lo ocurrido la noche anterior no había sido un sueño. Se movió un poco con cuidado de no despertarla y cogió el móvil para mirar la hora. Después volvió a depositarlo en la mesita de noche. Se quedó unos minutos contemplando a Chenoa mientras pasaba dulcemente su mano por su pelo. Al cabo de un rato empezó a despertarla dándole pequeños besos en la frente y susurrando su nombre. Poco a poco Chenoa fue despertando. Levantó levemente la cabeza y se encontró con la mirada y la sonrisa de David.

- David: buenos días, bella (rió y la besó).

- Chenoa: buenos días, bestia (rió y le besó). 

- David: ¿qué tal has dormido?

- Chenoa: muy bien, pero ha sido raro...

- David: ¿raro? 

- Chenoa: pues muy acostumbrada a despertar y verte no estoy, la verdad.

- David: ya... En ese sentido sí es raro. Es como si abriésemos los ojos y no hubiese pasado el tiempo.

- Chenoa: algo así, sí. ¿Tú cómo has dormido? ¿Bien o has dado vueltas y no me he enterado? Que también es posible...

- David: hacía mucho que no dormía así de bien, a pesar de todo. Ya te lo dije ayer. Tienes el poder de hacer que me olvide de las cosas malas, aunque sea por un rato.

- Chenoa: se va a solucionar todo. Ya lo verás. Dale tiempo al tiempo para que todo se ponga en su sitio. Ah, y sobre todo no decaigas porque no eres sólo tú. No puedes permitir que Ella te vea mal porque aunque es muy pequeñita de eso se da cuenta seguro.

- David: como siempre tienes la boca llena de razón...

- Chenoa: tanto como siempre... (Hizo una pausa). ¿Sabes qué? Necesito un café con urgencia...

- David (rió): vaya... Sigues con la adicción al café...

- Chenoa: uy, eso siempre.

- David: ¿te parece entonces si bajamos a desayunar algo?

- Chenoa: me parece.

Se levantaron y bajaron a la cocina. Allí desayunaron café, zumo y unas tostadas. Después Chenoa se fue a dar un baño al cuarto de baño de la planta de arriba, que tenía una bañera muy grande. Mientras David se quedó revisando unos mails de trabajo. Al terminar, decidió ir al baño con Chenoa. Ella estaba apoyada en el borde con los ojos cerrados y se sobresaltó con el sonido de la puerta.

- Chenoa: qué susto me has dado...

- David (caminó hasta ponerse detrás de ella y le dio un beso en la frente): no quería asustarte. Oye, ¿tú crees que haya hueco ahí para alguien más?

- Chenoa: ummm... Pues no lo sé. Puedes probar a ver (sonrió).

David se metió en la bañera llena de espuma. Él la tenía abrazada por la espalda y simplemente disfrutaban de la compañía del otro.

- David: qué tranquilidad... Pararía el tiempo en este momento si pudiera.

- Chenoa: la verdad es que sí. 

En ese momento David bajó la mirada y le vio a Chenoa un tatuaje.

- David (mientras le acariciaba el tatuaje): ¿y esto?

- Chenoa: un sol...

- David: pero... ¿Cuándo te lo has hecho si cuando estábamos juntos no lo tenías?

- Chenoa: bueno, pues tú lo has dicho. Fue después de que nos separáramos.

- David: pero si me odiabas en aquel entonces, y con razón...

- Chenoa: ahí estás equivocado. Yo nunca te odié. Es cierto que me dolió mucho todo lo que pasó, pero jamás pude ni podré odiarte. En fondo y a pesar de todo, incluso de mí misma, siempre estuviste clavado en mi corazón y nunca pude sacarte de ahí.

- David: tienes un corazón tan grande que no sé cómo te cabe en el pecho.

- Chenoa: no.

- David: sí.

Chenoa se quedó un poco pensativa.

- David: ¿en qué piensas?

- Chenoa: ufff. En muchas cosas...

- David: sé lo que se te está pasando por esa cabecita, pero dispara.

- Chenoa: David, ¿qué va a pasar ahora? 

- David: nada. No va a pasar nada.

- Chenoa: mira, yo no puedo estar más feliz ahora mismo, pero este sueño que estamos viviendo aquí no vamos a poder prolongarlo tan fácil...

- David: ayer quedamos en que seríamos un poquito egoístas y pensaríamos más en nosotros, ¿no?

- Chenoa: sí. Pero, ¿cómo vamos a seguir ahora? 

- David: mira... Primero vamos a terminar de disfrutar aquí hoy y mañana. Te dije ayer que este sería nuestro lugar, y así va a ser. Podemos venir cada vez que queramos estar juntos y alejados de todo y de todos. El resto del tiempo nos podemos ver en algún otro sitio, o hasta en mi casa. A la urbanización no se puede entrar y nadie tiene porque enterarse de que estás ahí. Lo mejor es que poca gente sepa esto. Solo gente muy cercana a nosotros y ya. Vamos a disfrutar del ahora y ya nos preocuparemos más adelante por el futuro, ¿vale?

- Chenoa: ¿por qué siempre tienes las palabras para convencerme?

- David: uy... Es que estás hablando con un experto en el arte de la palabra...

- Chenoa: sí, como no (le besó).

- David: ey... Te amo, Laurita.

- Chenoa: y yo a ti, mi vida (le besó).

Después del baño se vistieron y bajaron a la sala. Los dos días que pasaron allí aprovecharon el tiempo al máximo y se pusieron al día en las carreras y vidas personales de ambos. Después de seis años alejados tenían muchas, pero muchas cosas que contarse, y sobre todo, mucho tiempo perdido que recuperar.


Hasta aquí el noveno capítulo. Espero que os guste. Gracias a todos por los comentarios y los votos. Me alegra mucho que os esté gustando esta historia. Os digo que no sé cuántos capítulos va a tener porque voy escribiendo al día, así que para lo que me dé la inspiración jajajaja. ¿Qué pasará entre Chenoa y David después de esos dos días juntos? Seguramente el viernes no pueda subir capítulo así que intentaré subir uno mañana. Si tampoco puedo, os prometo que el sábado estará sin falta.

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