14. Dudas

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Esa misma tarde después de comer Chenoa y David empezaron con los ensayos de Escondidos. Al acabar de cenar Chenoa se fue sola a su habitación porque estaba bastante cansada y con una idea que no le salía de la mente. Una vez allí comenzó a darle vueltas a la cabeza a su situación con David. Decidió dormir y no decirle nada a él. Mientras David la buscaba por toda la academia.

- David: hola, Gis. ¿Has visto a Laura? La estoy buscando y no la encuentro.

- Gisela: se ha ido hace un buen rato a dormir.

- David: ¿a dormir? Pero si no son ni las 11 de la noche...

- Gisela: sí, pero estaba bastante cansada.

- David: oye, ¿cuánto es hace un buen rato?

- Gisela: como media hora o tres cuartos de hora. Pero, ¿no estaba contigo?

- David: después de cenar yo me fui a jugar a las cartas y ella se quedó con Rosa.

- Gisela: ah... Pues a esta hora estará ya dormida, seguro. 

- David: voy a hablar con Rosa a ver si me puede contar algo más. Gracias.

David dio con Rosa es poco tiempo y le preguntó.

- David: estaba contigo Laura, ¿no?

- Rosa: sí. Pero me ha dicho que estaba cansada y que se iba a despedir de Gis antes de irse a dormir. Aunque, si te digo la verdad, tenía la cabeza en otro lado.

- David: ¿por qué? 

- Rosa: no me ha dicho nada. Y ya sabes cómo es. Se traga todo hasta que no puede más y explota. ¿Ha pasado algo?

- David: que yo sepa no. Iría a hablar con ella pero es que si está dormida no quiero despertarla tampoco.

- Rosa: espera a mañana a ver. Igual del mismo cansancio se ha puesto así y se le pasa en nada.

- David: eso espero. 

- Rosa: pero tampoco te quedes dando vueltas a esto, ¿vale? Mira, nosotros vamos a ver una peli ahora. Vente y así te distraes un rato.

Vieron esa película los quince mientras Chenoa intentaba conciliar el sueño. Tras mucho batallar, finalmente lo logró. Al acabar la sesión de cine el resto también se fue a dormir. A la mañana siguiente David salió de su habitación ya duchado y vio la puerta de la habitación de Chenoa cerrada, aunque se veía luz por debajo. Entonces, decidió tocar.

- Chenoa: ¿si?

- David: soy yo, Laura. ¿Puedo pasar?

- Chenoa (se quedó un poco pensativa): sí, pasa.

- David (pasando dentro de la habitación y cerrando la puerta): buenos días.

- Chenoa: buenos días.

- David: ayer te fuiste muy prontito a la cama, ¿no?

- Chenoa: sí. Es que estaba muy cansada.

- David: eso me dijeron Gis y Rosa. (Notó a Chenoa un poco rara). ¿Estás bien?

- Chenoa (mintiendo): ¿yo? perfectamente.

- David: Laura, te olvidas de algo importante.

- Chenoa: ¿de qué?

- David: de que te conozco.

- Chenoa (miró el reloj): uy, qué tarde es.

En ese momento empezó a caminar en dirección a la puerta pero David la detuvo agarrándola del brazo y girándola hacia él.

- David: hoy no tenemos clase. Solo ensayos. ¿Para qué es tarde?

- Chenoa: ehhh... Pues para desayunar.

- David: podemos desayunar cuando queramos. El comedor no cierra nunca.

- Chenoa: pero yo tengo hambre.

- David: espera... Espera. ¿Por qué no me quieres decir qué te pasa? Porque te pasa algo.

- Chenoa (mintiendo): estoy bien, de verdad. Solo tengo el día tonto y nada más.

- David (seguía sin soltarla): ya... No te creo nada. Es más, de esta habitación no salimos hasta que me digas la verdad así que tú eliges.

- Chenoa (se estaba agobiando más): David, por favor, suéltame. 

- David: dime las cosas y te suelto.

- Chenoa: David....

- David: escúchame. (Hizo una pausa). ¿He hecho algo que te haya molestado o algo? Porque si es así te pido perdón.

- Chenoa: no, no, no. No has hecho nada.

- David: ¿entonces? ¿Por qué estás así conmigo?

- Chenoa: ¿cómo?

- David: te veo mal, te pregunto qué te pasa y lejos de decírmelo quieres salir corriendo y te pones nerviosa. Además estás distante conmigo cuando hasta ayer estaba todo bien. ¿Qué quieres que piense? Por eso te he preguntado si había hecho algo que te hubiese hecho sentir mal. ¿Por qué no me quieres decir las cosas? 

- Chenoa (pensó que tarde o temprano tendría que hablar con él pero no quería que se tomara mal sus dudas): la verdad es que estoy un poco agobiada. Ayer me puse a pensar en muchas cosas y yo que sé... Se me va a pasar (sabía perfectamente que no). Solo déjame un rato, ¿vale?

- David (se estaba enfadando): tú y yo sabemos que no te pones así por un agobio de un rato... ¿Sabes? Me molesta mucho que no confíes en mi, que no me cuentes las cosas... Puedo entender que anoche te acostaras sin decirme nada porque igual hoy veías todo diferente, pero lo que no entiendo es que si sigues igual te quedes callada. 

- Chenoa (notó su enfado): no es que no confíe en ti, simplemente no quiero hablar, David. Son tonterías mías, ya está.

- David (enfadado): ¿y no quieres hablar con nadie o solo soy yo con el que no quieres hablar? (Chenoa no contestó). Ah, perfecto entonces. Pues nada. Si sigues teniendo hambre vete a desayunar. (La soltó). Cuando confíes en mi de verdad, cuando entiendas que estoy aquí para apoyarte en lo que sea, me buscas. Yo no voy a insistir más. Haz lo que quieras. Tú verás.

En ese momento, David salió de la habitación de Chenoa bastante cabreado. Ella no quería que se enfadara pero tampoco quería contarle sus dudas y sus miedos. Se quedó peor de lo que estaba al verle irse así. 


Hasta aquí este capítulo. Espero que os guste. No todo puede ser color de rosa así que tiene que haber un poquito de drama jajajajaja. Dudo que pueda subir capítulo mañana pero espero poder hacerlo el lunes. Gracias por leerme, por los votos y por los comentarios. ¿Qué pasará ahora entre Chenoa y David? ¿Qué es lo que no le sale a ella de la cabeza?

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