Capítulo 1

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"Él no es su padre"

Fruncí el ceño evitando que las lágrimas cayeran y lo mire a él, el cual sonreía burlonamente. Una lista interminable de insultos hacia él se vino a mi mente. El había pagado para que mintieran, claro, a él no le convenía que le apareciera una hija nueva a arruinar su "perfecta familia".

"No ganarás esto, no quiero que arruines mi vida, haré lo posible para que esos exámenes salgan negativos."

-Miente.- dije seria.- él dijo que cambiaría los resultados para que salieran negativos.

-¿Tiene pruebas?- preguntó el juez.

-No, pero...

-Si no hay pruebas no hay nada más que hacer señorita, lo siento.- Me interrumpió. Se levantó de su asiento y caminó hasta perderse tras una puerta.

Me paré de mi silla y caminé hasta el señor "yo sabía que ganaría esto".

-Es un mentiroso.- gruñí enojada.

-Las pruebas dieron negativo, eso no dependía de mí.- miró hacia el hombre junto a él una milesima de segundo.

-Hija, vámonos.- murmuró mi madre desde atrás.

-Eres una puta.- escupí con asco girandome hacia ella.

-No me trates así.- advirtió ella.

-Te trato como lo que eres, ¡¿Como no sabes quien es mi padre?!- medio grité.

-Yo sé que él es tu padre.- masculló.

-Las pruebas no dicen eso.

-Sabes que la miente.- resopló.

-Vete a la mierda.- dije moviéndola a un lado para ir por mi bolso.

-¡Kels, ven aquí!- gritó ella. Simplemente la ignoré y salí de ahí sacando el teléfono de mi bolsillo para marcar su número.

-Ash...- murmuré cuando contestó.

-¡Voy en camino!- gritó interrumpiéndome y pude sentir como corría. Corté la llamada sonriendo inconscientemente. Simplemente lo amaba.

Me senté en la pequeña escalerita que había ahí en espera a que la única persona que lograba hacerme totalmente feliz apareciera.

Cuando por fin su auto se estacionó frente a mí me levanté y corrí a este. Abrí la puerta del copiloto y me subí, abrazándolo inmediatamente. El me correspondió acariciando mi cabello repetitivas veces.

-Tranquila.- susurró besando mi cabeza.

-No es justo.- sollocé.

-Lo sé, lo sé, pero ya pasara; saldrás de esto. No necesitas la ayuda de él para lograr algo, podrás con esto, sabes que podrás.- murmuró tranquilizadoramente.

-¿Qué haces solo en bóxer?- dije sorbiendo mi nariz de una manera no muy femenina separandome de él.

-Me necesitabas, no había tiempo para vestirme.

-Te amo.- reí levemente.

-Y yo a ti.- dijo dulcemente.

Nos separamos y tomó mi cara entre sus manos limpiando las lágrimas que habían caído. Le sonreí y el besó mi frente. Me reincorporé en el asintio mandando un suspiro.

-¿Quieres ir a casa?- preguntó haciendo andar el auto. Asentí.- Podemos comer pizza y helado.- sonrío. Asentí nuevamente.- No me gusta que estés mal.- hizo una mueca.- Él es un viejo estúpido. Se pierde a una gran persona, déjalo a él con su mierda y se feliz, me tienes a mí, y sabes que estaremos juntos por siempre.

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