Capitulo 3

92 21 11
                                    

Al día siguiente, me encontraba en la cocina, era bastante grande a decir verdad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al día siguiente, me encontraba en la cocina, era bastante grande a decir verdad. Pero mis pensamientos estaban concentrados en otro tema ahora mismo, él chico de ayer.

Sus ultimas palabras eran tan ciertas que me rondaban en la cabeza. Me gustaría poder agradecerle, espero volver a verlo.

—Rose, ¿estas en la cocina?

La voz de mi madre me saca de mis pensamientos y la miro al instante cuando entra.

—¿Qué planes tienes hoy en día?—por su voz advertí que lo preguntaba con el más mínimo interés. Pensé que ella me ayudaría a conocer la ciudad, así que no dudo en decírselo.

—Pensé que me ayudarías a conocer la ciudad.

—¿Bromeas? Estoy ocupada hoy día. Pero ve a dar un paseo si quieres, aquí es tranquilo.

¿No íbamos a mejorar la relación madre e hija? Si no da de su parte, ¿por qué tendría que yo dar el primer paso? Es ella quien me invito aquí. De verdad que esperaba algo más de ella hoy mismo.

Me mira unos segundos, como si quisiera saber que pensaba y luego se volvió para irse a su habitación.

Termino mi desayuno y me dirigí  a mi habitación indignada.

Saco mi ropa de la maleta; un jeans negro junto con una blusa blanca y unas converse negras. Ya estando vestida, tomo mi pequeña cartera y mi Mp3 con mis auriculares.

—¡Saldré un rato!—digo casi gritando, esperando que ella me dijese algo. Para mi suerte, solo me dice una cosa y con ninguna señal de preocupación, como ha sido todos estos años.

—¡Entendido!

Dejo de pensar en la actitud de mi madre, No valdría la pena. Salgo finalmente cerrando la puerta. Al salir, me percato que hay un grupo de chicos y chicas conversando, y entre todo ese grupo, esta el chico de ayer.

Observo como sonríe al charlas con sus amigos. En ese instante, su mirada se dirige en mi, al darme cuenta de esto, desvié la mirada nerviosa, pues debí parecer una completa tonta en observarlo.

Bajo los peldaños de la mini escalera de la entrada y camino en dirección contrario donde se encuentra el chico y sus amigos. Es cierto que quería agradecerle por sus palabras, pero ahora mismo no me siento cómoda, después de todo es una persona que no conozco. Cuando se de la oportunidad le daré las gracias.

Camino sin saber a donde ir, esperando no parecer la típica turista perdida. Entonces, mi mirada es captada por el Océano Pacífico, nunca había visto el mar, hasta ayer. Corro en una avenida extensa y ya sin más, el océano estaba frente mío. Era mi primera vez mirando el mar de cerca; enorme y sin limites, era tan imponente que me quede un largo rato observándolo. Sin duda, me sentía tranquila junto con las olas y la frisa del mar. Era algo maravilloso.

Es un gusto conocerte Ⓒ (PAUSADA TEMPORALMENTE)Where stories live. Discover now