Rose Valencia es una chica de diecisiete años que, visita a su madre durante las vacaciones de verano para poder restaurar su relación madre e hija. Lo que no sé esperaba era conocer a un chico llamado Nathan, que sería el amor de su vida aunque ell...
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—¿Sucedió algo?
Nathan se pone a mi lado una vez que siento mi cuerpo estremecerse. Una gran parte de mi sintió el deseo incontrolable de abrazarlo.
—¿Eh? ¿Rose?—rodeo su cuerpo con mis brazos, con mi rostro oculto en su pecho y con lagrimas que amenazan con salir, lo abrazo como si vida dependiese de aquello.
—No debí venir, debí quedarme allá con él—grito entre un llanto desesperado que se me escapo.
Impotencia era lo que sentía ahora mismo, saber que no estoy a su lado ahora mismo para ayudarlo me aterraba.
No sabia que su tos empeoraría, no sabía si estaba solo o no en casa, no sabía si ahora mismo estaba pidiendo ayuda por su estado. Pero lo que sé, es que no puedo evitar culparme por no preocuparme antes.
—Rose, tranquila—siento las manos de Nathan apoyarse en mis hombros y nos separa para vernos cara a cara—Estas... estas llorando—balbucea al verme.
Siento como mis lagrimas recorren mis mejillas mientras lo miro a los ojos intensamente, pidiendo ayuda.
—Es mi abuelo—contesto finalmente.
—¿Hablabas con él por teléfono?—su tono de voz es suave, que comienzo a estabilizarme lentamente—¿Qué paso?
—La linea se corto cuando... comenzó a toser de una manera tan fuerte, que, parecía como si estuviese ahogándose.
—Intenta llamarlo—me ordena rápidamente y asiento sin dudarlo.
OPERADORA: ''Lo sentimos, el numero que usted marca... se encuentra apagado''.
Si ahora mismo estaba asustada, lo estaba aún más con ese mensaje. Nathan logra descifrar el miedo que me ha causado y toma mi mano con delicadeza. dándome de alguna manera, apoyo.
—Rose, ¿Tienes algún otro numero? Quiero decir, ¿algún otro familiar que pudiese ayudarte a contactarse con él?
¡Pues claro! ¿Cómo no lo pensé antes?
Marco los números de mi teléfono tan rápido que jamas creí que pudiese apretarlos tan velozmente.
Por favor, contesten...
OPERADORA: ''Lo sentimos, no tienes saldo suficiente''.
—¡¿Acaso no haces nada más que avisarme?!—le reprocho a mi teléfono.
Creo que me estoy volviendo loca.
—Eres increíble—dice Nathan, junto con una risa pequeña. Enarco una ceja esperando una explicación—Lo digo enserio—agrega rápidamente al ver mi reacción—Me alegra verte conocido, Rose.
Le regalo una sonrisa cálida por sus lindas palabras, y no puedo evitar sentirme un poco nerviosa.
Rose, concéntrate. Tu abuelo puede que este pidiendo ayuda ahora mismo.
