Capitulo 13

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El calor abundaba en toda la casa, pero la brisa de aire que se adentraba por las ventanas ayudaba a que se disipara un poco

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El calor abundaba en toda la casa, pero la brisa de aire que se adentraba por las ventanas ayudaba a que se disipara un poco.

Deseaba con todo mi ser que llegara pronto el invierno, estar acurrucada en el sofá con una manta que me abrigaba de los pies al cuello mientras mi abuelo preparaba uno de sus platillos especiales.

—Al menos no hace tanta calor como aquí.

Daniela, mi amiga desde que le hable el primer dia de clases, se encontraba del otro lado de la pantalla, sonriéndome.

—Pero cambiando de tema, Rose —añadió—. Este verano no esta siendo lo mismo sin ti.

Resulta que su teléfono se había quedado sin un cargador, no estaba muerto según ella, solo exageraba. Por eso no se había comunicado conmigo.

—Igual extraño estar allá —esbozo una sonrisa.

La conversación que tuve con Daniela fue breve. Me contaba sobre su próximo viaje que haría en dos días junto con su familia para disfrutar los maravillosos paisajes del sur.

No pude dejar escapar esa opresión que sentí en el pecho al imaginarme estar así algún día con mi familia, por muy lejano que se viese.

Ya habían pasado dos semana desde que llegue a esta ciudad. Unas semanas llenas de mariposas en el estomago causadas por Nathan y, por otro lado, con una opresión en el pecho por parte de mi madre.

He intentado acercarme a ella con intención resolver alguna disputa que hemos tenido desde que pise esta casa.

Una sola vez, logre que me expresara cual era su problema conmigo. Había estado maquillándose frente a un espejo durante unos minutos, la observaba desde detrás y su rostro se reflejaba en el espejo, mostrándome a una mujer molesta consigo misma.

—Es irónico que mi padre quiera más a su nieta que a su propia hija.

Aquellas palabras resonaban en mi cabeza hasta el día de hoy. Se que daban ahí, buscando algo o alguien que las respondería con certeza.

No sabia que responder ante estas palabras que estaba llenas de angustia y con una pizca de rencor.

—¿Rose? ¿Estas bien?

Soy sacada de mis pensamientos por una Daniela preocupada.

Solo atino a sonreírle y le explico que debo colgar la videollamada para hacer unos deberes. Aunque sé que advierto mi extraño comportamiento, no dice nada y me regala otra de sus sonrisas y cuelga.

Me quedo mirando mi teléfono unos segundos, pensé en mi abuelo. Debería llamarlo y saber como se encuentra. Pero mis planes son interrumpidos cuando alguien toca con sus nudillos la puerta de mi habitación.

—¿Quién es? —pregunto.

—Soy la bruja de tu madre —imita la voz de mi madre con exageración.

Es un gusto conocerte Ⓒ (PAUSADA TEMPORALMENTE)Where stories live. Discover now