Rose Valencia es una chica de diecisiete años que, visita a su madre durante las vacaciones de verano para poder restaurar su relación madre e hija. Lo que no sé esperaba era conocer a un chico llamado Nathan, que sería el amor de su vida aunque ell...
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Las miradas de sus padres estaban puestas en su hijo, este por otro lado, los miraba incomodo cada vez que se acercaban más.
—Hijo, felicidades —dice su madre con una sonrisa en su rostro. Al verme, su sonrisa desaparece.
—Zara nos contó que tenias un partido y apenas supimos la noticia, quisimos ir apoyarte —su padre, con su mano libre, se frota su cabellera negra con presencia de nuevas canas apareciendo, mientras miraba a su alrededor—. Al parecer llegamos tarde.
Contemplo con atención a los padres del chico que me gusta. Nathan había heredado el cabello negro y revoltoso de su madre. Todo lo demás, incluyendo su estatura, era igual a su padre. Era como su versión más adulta.
Algo que no me ha parado de fastidiar e inquietarme, es tener la mirada de Zara junto con sonrisa maliciosa en sus labios. Y otro cosa, la mirada de la madre de Nathan, me recorre de cabeza a pies como si me estuviese evaluando o aprobando.
—Hola, señor y señora...
—Oh, Jake —Lo interrumpe la madre—. ¿Cómo has estado? ¿Tú padre como se encuentra? Supimos que lo despidieron de su trabajo.
Miro al instante a mi amigo al escuchar tal noticia tan fatal. Es ahora cuando me percato que no conozco del todo a Jake.
—Mamá... —Nathan la fulmina con la mirada molesto.
Supuse de inmediato que era un tema delicado para Jake.
—¿Qué? Pero si es verdad —contesta con tono burlesco.
Era incrédula o qué, pero es obvio que lo preguntó con toda la mala intención.
—No pasa nada —responde Jake, agregando una risa que jamás percibí en él desde que lo conocí, una risa falsa—. Él se encuentra totalmente bien.
A nuestro alrededor la gente se va alejando y las nubes cubren todo el cielo, dejándonos un clima bastante relajado.
No consigo decir nada, quizás por la mirada de su madre en mí o por el sólo hecho de mi nerviosismo de decir algo tonto.
—¿Ella... es?
Carraspea su padre al verme directamente mientras enarcaba una ceja interrogatoria.
El padre de Nathan que al tener una mirada seria al llegar, fue intercambiada por semblante agradable.
—Oh, ella... —Nathan me hace dar un paso adelante y se posiciona a mi lado— Se llama Rose. La invite junto con Jake a que vinieran al partido.
Tanto Zara como la madre me vuelven a observar de cabeza a pies.
—¿No eres de aquí, cierto? —preguntó su madre.
La madre de Nathan tiene algo en su tono de voz que no me agradaba, era como si estuviera hablando con Zara, y ya quisiera decirle algo para ofenderla. Pero reprimo cualquier impulso tonto.
