Rose Valencia es una chica de diecisiete años que, visita a su madre durante las vacaciones de verano para poder restaurar su relación madre e hija. Lo que no sé esperaba era conocer a un chico llamado Nathan, que sería el amor de su vida aunque ell...
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Mi corazón se acelera y presiento que sobresaldrá de mi pecho. Es increíble como sus palabras provocan algo en mí. Espero que no haya notado lo nerviosa que me ha puesto sus palabras.
Su mirada no se apartado de la mia, sigue ahí, observándome como si quisiera saber cómo reacciono ante él.
Para mi suerte, llega la mesera de cabellera rubia y dejamos de cruzar miradas. Nos enfocamos en ella.
Deja nuestros platos sobre la mesa con una sonrisa pegada al rostro y agrega:
—Que lo disfruten.
Nathan le agradece amablemente y luego desaparece de nuestras vistas.
El silencio se apodero de nosotros ahora, disfrutamos de nuestros pedidos sin decir ninguna palabra. Le doy otro sorbo amargo a mi café, y me arrepiento inmediatamente de no pedir un mocachino. Miro hacia otra dirección, encontrándome con una familia de cuatros integrantes, una aura de felicidad abundaba en ellos. O creo que veo a todas las familias felices últimamente, debido a mi situación con mi madre.
—Rose.
Mi atención es llamada por Nathan, que, esta vez, me mira con expresión de preocupación.
—¿Sucede algo?—agregó.
—No es nada—murmuré. El sol comenzaba a esconderse lentamente y tan solo nos dejaba un pequeño rastro de luz sobre nuestras pieles.
El restaurante comenzó encender las luces y una gama de colores en suelo se hizo presente.
—¿Qué es todo esto?—le pregunto. Las personas comienzan a levantarse de sus asientos y se agrupan en el centro.
Nathan nuevamente sonríe mientras se acomoda sus lentes.
—Es un concurso. Siempre ha esta misma hora, hacen un concurso de baile.
¡Asombroso!
Una de las cosas que amo, sin duda, es la danza. De niña siempre movía mis caderas de un lado a otro mientras mi abuelo, me aplaudía dándome ánimos.
No lo negaré, mi abuelo es el mejor bailarín que visto. No se dejen engañar por la edad.
En la escuela, preparaban concursos contra otras instituciones, siempre era escogida para representar a mi escuela, quiénes no dudaban en darme sus apoyo a la hora de bailar.
La mejor estrategia para poder ganar, es tener el apoyo de alguien. Una adrenalina recorre cada parte de tu cuerpo, causando que des lo mejor de ti.
—¡El concurso comenzará en unos minutos!—informó el animador del lugar.
Advertí que Nathan seguía dándoles bocados a su pequeña porción de pastel que, se veía delicioso.
