III

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Hola bellezas... No me maten ¿si? Lamento actualizar tan tarde... De verdad que sí, ayer que tuve tiempo libre me faje todo el día en terminar este capítulo, no pude subirlo anoche porque no tenía internet. De verdad discúlpenme, trataré de ser mas constante con los capítulos, en serio. La universidad me mata, y he tenido algunos problemillas. Pero aun así no es excusa para actualizar taaan tarde, así que tratare de no tardar tanto.

Gracias por todos los reviews que me han enviado, me han hecho taaan feliz. Gracias por todo su amor, así que los premiare con este capítulo, esta largo así que tómense su tiempo, ¿si?

Las adoro.

Advertencias: Contiene ligero lime heterosexual, si no pueden tolerarlo por favor saltárselo.

Sin más nada que decir, ¡lean preciosuras!

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― ¡Hijo de puta! ―gruñó con furia una voz gruesa y masculina.

Ino se encogió en su sitio mientras rezaba internamente para que Hinata se diera prisa. Observo ―sin sorprenderse― como su primo terminaba de patearle el culo a otro centinela. Era el quinto en ese día, y sólo iban por media mañana. Durante las últimas dos semanas, su primo ―aunque lo consideraba más un hermano mayor―estuvo de un humor de perros. Y sin hacer caso de la ironía, era una verdad absoluta. Desde que él supuesto compañero de su Naruto se había marchado tan repentinamente, el Shihai-Tekina no era más que una bomba de tiempo.

Nadie podía calmar el estado furioso y temperamental de su primo. Había pateado muchos traseros a lo largo de la semana, enfrascándose en peleas y buscando sexo por doquier. Por alguna extraña razón, sólo Hinata podía calmar un poco el temperamento de su primo. Ino no sabía por qué, ni a que se debía el hecho de que su Naruto, siempre se forzara a sí mismo a controlarse frente a la preciosa loba. Pero a ella no le importaba. Sólo quería que su primo estuviera calmado, nadie lo sabía, pero por las noches podía oírlo gruñir y gemir el nombre de aquel estúpido omega que se había atrevido a dejarlo.

Si se lo preguntaban a ella, Ino prefería mil y un veces que Naruto se emparejara con Hinata, que con el odioso gato que se había atrevido a abandonarlo. ¿Cómo podía su primo ansiarlo con tanta vehemencia?

Quizás, en su ignorancia por no haber encontrado aun a su compañero, no sabía a ciencia cierta por lo que su primo estaba pasando. Suspirando, Ino se acerco a paso lento y con delicadeza intento sacar el cuerpo del centinela mal herido. Un gruñido bajo hizo que levantara la cabeza.

Los antes ojos azules de su primo, ahora se encontraban mezclados con un intenso rojo. Por un momento, Ino fue capaz de visualizar a todos los animales dentro de su primo, y por primera vez, Ino se sintió pequeña a su lado. No con miedo, pues, sabía que él nunca la dañaría. Naruto prefería cortarse la cabeza, a ponerle una mano encima a una de sus consentidas. Pero se sintió diminuta, poco poderosa ante tanto poder.

―Aniki ―susurro con voz temblorosa. Naruto parpadeo y sus ojos volvieron a ser azules. Pero su cuerpo seguía tenso preparado para pelear o destrozar a cualquiera. Sintió como la puerta se abrió y el olor de Hinata invadió la habitación. Observo con satisfacción, como su primo olfateaba el aire y sus músculos se destensaban poco a poco. Con fuerza, logro arrastrar al pobre lobo fuera de la habitación de interrogatorios para llevarlo a donde su abuela. Pero no fue necesario.

Fuera de la habitación, otro centinela esperaba pacientemente para llevar a su compañero hacía el hospital dirigido por la antigua Luna*, Ino cedió a su carga y se dio media vuelta para irse, en el trayecto hacía su casa, se puso a divagar sobre la situación de su primo.

FrenesíWhere stories live. Discover now