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Hola chicas. Largo tiempo, ¿eh?

Seguro se preguntaron muchas veces que ha sido de mi, o de mis historias, si las continuare o si las dejare inconclusas. JAMAS. Las terminare sea como sea. El pasado diciembre, tome una decisión. Dejé Venezuela y me fui a Colombia a trabajar. La situacion de mi querido país no mejora, sino que empeora y se deteriora. Por eso no pude actualizar y no sabían nada de mí, puesto que allá en colombia, no tenía tiempo para actualiza y no había podido llevarme mi laptop porque se me habia dañado el cargador y en ese momento no tenia dinero para comprarme otro. Fueron meses algo turbos, extrañaba mi casa, a mis perros, todo.

Conocí gente bonita y muy amable conmigo. Me ayudaron muchísimo. Sin embargo, debo confesar que estaba trabajando para una tía mía, la familia por parte de mi mama es Colombiana así que tenía esa ventaja. Los primeros días, todo fue bueno, sin embargo con el pasar del tiempo, tuve muchisimos problemas con esta tía mía.

Es increíble como muchas veces, mejor te trata la gente extraña que tu propia familia. Hasta que me cansé y decidi irme de la casa de ella. Y fue una de las mejores decisiones que he tomado. Ella es buena, porque me ayudo en su momento, pero su actitud prepotente y egoísta ganaba por encima de sus buenas actitudes. Así que aquí estoy, despues de estos meses estoy de regreso en Venezuela, estoy aquí porque quiero terminar mi carrera, y me faltan algunos papeles que sacar.

Así que me dije, has regresado, y vas a ponerte las pilas con tus historias. Si o Si. Por mi, por ustedes que tanto cariño me han brindado. Y por que es algo que me satisface, y me enriquece.

Actualizaré con regularidad -Espero y aspiro a eso-. Gracias por todo, son lo mejor de lo mejor. Disfruten del capítulo.

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Recuerdos del pasado I.

Itachi siempre fue considerado un genio dentro de su clan. No sólo dentro de su clan, era considerado incluso por la Shihai-tekina. Desde que cumplió sus preciados seis años, fue amaestrado en el arte de la guerra y la lucha. Muchos maestros, muchos encuentros y muchísimas peleas.

A sus doce años se dio cuenta que era poco el tiempo en el que podía ser un niño. Entendía perfectamente a su padre, era su mayor orgullo y deseaba verlo triunfar. Aunque su madre hace tres años había dado a luz a un pequeño Omega llamado Sasuke, su padre sólo volcaba todas sus esperanzas en él. Sasuke era indefenso, era un omega, nunca podría liderar. Pero él, él era un alfa. Su padre amaba a Sasuke, lo cuidaba y lo mimaba, pero a él era poco el cariño que manifestaba. Él era un alfa, no necesitaba de esas tonterías, decía su padre con regularidad.

Su padre deseaba que llegara a ser la mano derecha del próximo Shihai-tekina, e incluso llego a insinuar que podía suplantarlo.

¿Él? ¿Al futuro Shihai-tekina? Si el pequeño Naruto que con tan sólo seis años ya había podido cambiar a tres animales, no quería imaginarse cuan fuerte podría volverse cuando fuera un adulto.

Sí el pequeño solecito ―como le gustaba llamarle―, llegaba a ser tan fuerte como lo era el Shihai-tekina actual, Itachi nunca podría suplantarlo. Además, él no quería hacerlo, no le veía el sentido a eso. Era un buen alfa, lo sabía y no sólo porque todo el mundo se lo repetía, sabía que era muy bueno en lo que hacía. Aunque tenía doce años. Pero Kushina Uzumaki, la Shihai-tekina del país del fuego ―y la primera mujer en heredar tan maravilloso don―, era muy fuerte. Y su compañero también lo era. No creía ni por un minuto que nadie en el mundo podría con ese dúo de compañeros, el señor Minato, era increíble, el rayo amarillo le decían. El habanero sangriento, la llamaban a ella.

FrenesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora