Frenesí

XVI

Me disculpo de antemano si ven algún error.

.

.

.

La cena con sus abuelos fue exactamente lo que esperaba. Al principio, Tsunade se había comportado, fue amable e incluso un poco gentil. Pero a medida que avanzaba la noche, la mujer no se había podido contener. Las preguntas incomodas empezaron, algunas variaban entre las cosas que había hecho ―o no había hecho― su compañero y, otras por otro lado, eran pullas para sacar a Sasuke de quicio: "¿A dónde has viajado?" "Eres un poco amargado, ¿no lo crees?" "¡Mas te vale cuidar de mi nieto! Mira que es un poco torpe" "¿Estas estreñido?"

De alguna manera afortunada, su compañero no cedió ante la presión de su abuela. Cada pregunta hecha por Tsunade, era respondida por Sasuke de forma cortante o directa. Al parecer, de cierta forma eso fue de agrado de su abuela, al finalizar la noche ―que fue una tortura para él y sus abuelos― su abuela ya no se mostraba tan reacia hacia su compañero. De hecho, los había invitado a cenar de nuevo pronto. Naruto supuso que eso significaba que le daba el visto bueno.

No era como si lo necesitara de todos modos.

Por alguna razón, cuando llegaron a casa, se sentía agotados. Lo que Naruto pensó que sería una noche de pasión, se convirtió en algunos intentos de arrumacos de su parte y los pellizcos de Sasuke para que lo dejara dormir tranquilo. Igual se salió con la suya, porque cuando despertó esa mañana, ambos estaban cómodamente acurrucados.

Ahora, observando el rostro tranquilo del hombre a su lado, Naruto se permitió fantasear con el futuro. Se acomodo mejor en la cama, el ligero movimiento de su cuerpo hizo que Sasuke se removiera unos segundos, para después suspirar y continuar en el mundo de los sueños. Sostuvo su cabeza en su mano derecha, mientras que con su mirada recorría cada rastro de piel expuesta a su vista.

Había todavía muchísimas cosas que resolver, pero por el momento, se permitía disfrutar de la paz que lo rodeaba. Aunque había un tema en particular que quería hablar con su compañero, aún se sentía cohibido al respecto. Poco a poco Sasuke se abría un poco más con él y le permitía cierto tipo de acercamientos. Para muchos no serían la gran cosa, pues siendo ambos compañeros lo más lógico es que así fuera.

Pero era precisamente eso lo que lo incomoda y alegraba a partes iguales. Enlazarse con alguien implicaba muchísimas cosas. Aún más si eran destinados.

Sasuke estaba cediendo ante él, pero no demasiado, sabía que el hombre necesitaba más tiempo y quizá conocerlo aún más. Que aún no se hayan enlazado era algo bueno, le permitía saber que todo lo que Sasuke hacia o decía ―lo cual no era mucho tampoco― era porque él así lo deseaba. No es que el hecho de enlazarte te impedía pensar o actuar por ti mismo, pero todo empezaría a girar alrededor de tu compañero producto del vínculo y de la construcción de los sentimientos que se irían desarrollando a medida que el tiempo transcurriera. Le alegraba que ellos estuvieran tomándose las cosas con relativa calma. Pero estaba empezando a enloquecer.

No podía decir a ciencia cierta cuándo explotaría. Sus animales se habían mantenido en una extraña calma ―asumía que todo era gracias a Kurama― pero incluso eso, no lo dejaba tranquilo. Era como la calma antes de la tormenta. Sin embargo, la idea de hablar de su futuro acoplamiento con Sasuke, lo enfriaba con rapidez.

Sinceramente, temía su respuesta.

Así que por el momento, solo se conformaba con mirarlo dormir y fantasear con su futuro juntos. Lo demás, podían solucionarlo sobre la marcha.

Observo con fascinación, como las pestañas negras revoloteaban delicadamente antes de los profundos ojos negros de Sasuke lo miraran. Ambos se observaron en silencio y, con vergüenza, Naruto sintió como empezaba a sonrojarse. La burla brillo en los ojos de Sasuke cuando presto atención a sus pómulos rojizos, una sonrisa socarrona se extendió en su rostro haciéndolo sentir aún más tímido.