IX

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¡Hola! Lamento mucho mi retraso. ¿Creo que ya ha leído mucho sobre eso, eh?

En fin, no me he muerto, no me he ido de mi país. De hecho, ya empecé la universidad de nuevo, y bueno, aún no he querido suicidarme así que vamos bien. Estoy reuniendo para comprarme un cargador nuevo para mi laptop, y viendo si mi hermano se apiada de mí y me regala una laptop nueva. Que dudo que pase, pero bah... se vale soñar.

Voy a barajear mis días en la u y mis deberes, para realizar bien mis actualizaciones. Porfis, créanme. *Llora*

ADVERTENCIA (LEER ANTES DE DESLIZAR HACIA ABAJO): No hay lemon en este capítulo.

Si, como lo leen. No hay lemon. No pude escribirlo, de hecho, siento que en este capítulo he decaído. No se, es mi perspectiva, ni siquiera pensaba subirlo. Una amiga lo leyó y me dijo que estaba bien, sin embargo, no pude escribirle el lemon. Quiero hacer algo bien para ustedes, y algo con lo que me sienta satisfecha. Nunca he tenido problemas para escribir sexo, porque ya lo he hecho con otras historias. Pero en este no me salia. Intente escribirlo tres veces, pero no me gustaba y lo borraba. Quise aclarar algunos puntos desde la perspectiva de Sasuke. No se si quedo bien, ya esperare a leer sus comentarios. Pero siento que las defraude un poquito por no tenerles el lemon en este capitulo.

Sin embargo, voy a trabajar en él y en el próximo si estará. Espero puedan esperar, y de verdad estoy sumamente agradecida con ustedes. Leer sus comentarios me dan vida y ganas de sonreír. Así que muchísimas gracias. No saben cuanto aprecio su amor y lo bonito que han recibido mi historia.

Así que sin más, a leer.

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Shikamaru suspiro pesadamente al ver el portazo con el que termino yéndose Jiraya. Las cosas empezaban a complicarse. Se guardo para sí mismo la poca información que pudo recaudar. No quería alarmar a Naruto.

En realidad, más que alarmarlo, no quería volver a abrir viejas heridas.

Frunciendo el ceño, saludo a dos miembros de su manada que se encontraban cerca del pasillo. Muchos pensamientos se arremolinaban en su mente, uno principalmente no dejaba de hacer ruido en su cabeza.

¿Cómo podía ser posible?

Si sus suposiciones resultaban ser ciertas, estaba muy seguro que el futuro enlace de su amigo se vería en problemas. No sólo por esa persona en particular interfiriendo en la vida de Naruto una vez más, sino porque, técnicamente, era imposible.

A no ser qué...

Se negó fuertemente a seguir ese camino de pensamiento. No era posible. Así que lo mejor era desechar esa información.

Queriendo pensar en otra cosa, se puso a observar a su alrededor. Muchos miembros de la manada cuchicheaban alrededor de la base alfa. Algunos buscando a sus compañeros y otros para ver qué había de nuevo. El rumor de que Naruto había llegado y junto a él su compañero, se había regado como polvera en el segundo que ellos pisaron la tierra de la manada.

Volvió a suspirar. Su manada estaba llena de chismosos.

― ¡Shikamaru!

«Ay no... la que faltaba», pensó.

―Eh, Karin. ¿Qué pasa?

Jadeando la pelirroja se puso a su lado. A su vez, el olor de Hinata llego a sus fosas nasales. Se giro a ver a la loba que la acompañaba. Tenía la misma sonrisa de siempre. Aunque un poco forzada a su parecer.

― ¿Naruto llegó? ―preguntó la Uzumaki con urgencia―. Necesito hablar con él.

Asintió.

FrenesíWhere stories live. Discover now